Egipto

 

el mejor viaje de mi vida.....


Queríamos darnos un homenaje y realizar un gran viaje a mediados del año 2012. En un principio, íbamos a hacer un tour por Noruega, Suecia y Finlandia. Y cuando ya teníamos el tema bastante atado mi marido empezó a hablar de Egipto. Hicimos cuentas, y nos percatamos de que nos íbamos a gastar lo mismo en el norte (que es bastante carillo) que en Egipto, así que no lo dudamos.

Hasta la fecha se podía ir tranquilamente y por libre a Egipto pero la primavera árabe estaba en su apogeo en este país y decidimos que quizá sería más seguro contratar un viaje a través de una agencia. De hecho, el régimen de Hosni Mubarack había caído recientemente tras las protestas del pueblo, y éste le había otorgado el poder a las Fuerzas Armadas. Para entonces, el ejército era el gobierno.

Personalmente, prefiero hacer los viajes por libre. No es solo cuestión de precio. Realmente, hay muchos lugares que las agencias pasan por alto. En mi opinión, no hay nada como hacer el viaje por uno mismo. Como viajera me resulta más gratificante buscarme la vida en cuanto a vuelos, transportes internos, alojamientos y visitas, que esperar a que me lo den todo hecho.

Pero claro, con todo lo que se estaba cociendo en Egipto y el Ministerio de Asuntos Exteriores diciendo que no era recomendable viajar allí, decidimos contratar una agencia de viajes.

Cuando tuvimos claro nuestra decisión respecto al viaje hacia Egipto, me registré en varios foros para recopilar información. En cuanto escribí mi primer post, la gente empezó a felicitarme y darme la enhorabuena porque iba a estar a Egipto. Framcamente, me parecía una exageración. No sabía entonces que este viaje me iba a cambiar como persona, y que de hecho, volvería a Egipto dos años después (podréis leer mi post de Sharm el Sheik). A mi llegada a Luxor, entendí por qué otros viajeros me habían felicitado : Egipto es fascinante.

Elegir una agencia de viajes....

Me pateé todo internet en busca de la mejor agencia de viajes. Algunas, como el Corte Inglés, ofrecían un precio demasiado elevado en comparación con otras, por el mismo servicio. Otra cosa que debéis tener en cuenta es que las agencias trabajan con Touroperadores en el país del destino. 


Como a veces la primera imagen es la que cuenta, nosotros nos decidimos por la más barata que encontramos en internet y que aparecía en las primeras búsquedas de Google : Karnak Travels.

Ni mucho menos pretendo hacer propaganda, pero la verdad es que la agencia es totalmente recomendable ya que no tuvimos ni un sólo problema con ellos y tuvieron que aguantarme cada vez que les asaltaba llamandóles por teléfono con miles de preguntas acerca del viaje.
Había varios paquetes de viaje a elegir, pero nos decantamos por una en la que pudíeramos estar 7 días en el crucero del Nilo (la ida y la vuelta), incluído Abu Simbel y 3 días en el Cairo.  El programa " Maravillas del Nilo " fue el elegido.

Consejo: Si es tu primera vez en Egipto, elige un itinerario de viaje en el que puedas estar 7 días en el crucero del Nilo. En realidad, se ven los mismos templos tanto en el viaje de tres como en el de siete días, pero si eliges el de 3 días, irás a piñón  de un templo a otro. Con el calor que cae se agradece enormemente tener unas horas libres para poder descansar en la piscina del barco. Y eso lo digo yo, que no soy partidaria de las típicas vacaciones en la piscina del hotel.

Además, es conveniente dejar la puerta abierta a poder hacer otras visitas opcionales. Gracias a la elección que hicimos de 7 días en el crucero, tuvimos tiempo para poder hacer una visita opcional al Templo de Dandara (increíble).

En lo que atañe a precios: el coste exacto para los dos fue de 1705 €, incluído aquí los vuelos, el alojamiento, la estancia completa en el barco durante el Nilo (excepto bebidas) así como visados, entradas a los monumentos y templos, guía en español y seguro de viaje. Eso sí, en la estancia de 3 días en el Cairo, solamente nos venía incluido el alojamiento y las visitas, aunque comer allí nos costó cuatro duros. Total, que hicimos un primer pago de 895 €  al reservar, y el resto, pocos días antes de embarcar. 

En lo que respecta a qué categoria elegir deciros que nosotros reservamos una categoría normal. Debo reconocer que no tenemos muchas manías. Nos conformábamos con un alojamiento limpio en el que pudieramos descansar bien sin grandes lujos. 

Quizás en el alojamiento en el Cairo echamos de menos el poder estar alojados en otro sitio más céntrico (aunque teníamos vistas a las pirámides). Las pirámides no estan precidamente céntricas. Aunque se agradece tener un balcón con vista a ellas, debéis valorar si os sale a cuenta ya que necesitaréis un taxi para moveros en los ratos libres por el Cairo, a no ser que queráis pasar todos los ratos libres en la piscina del hotel. 

Eso sí, para las visitar que tengáis ya programadas y contratadas (pirámides, mercado Khan el Khalili etc, siempre os vendrá a recoger el guía a la puerta del hotel)

En cuanto a la motonave, nos asignaron una llamada Solaris II. No era de las más lujosas, pero estuvimos genial !! Tanto, que quizás repetiría motonave. La habitación limpia, más bien grande y con un balconcito y  el servicio genial, cuidando cada detalle, y por lo demás, piscina y bar en la cubierta, y otro bar / discoteca en la planta baja.  Para que queríamos más...!!!

Ojo, porque probablemente no sepáis el nombre de la motonave hasta que lleguéis a Egipto. Pero en mi opinión, y si no sóis maniáticos, en cualquier motonave estaréis bien. 


La mejor época para viajar.

 
Os aconsejo cualquier mes a excepción de julio y agosto. Incluso si os váis para Navidad encontraréis calor en Egipto. Navidad, así como Semana Santa, se consideran de temporada alta. La razón por la que nos os aconsejo viajar en estos dos meses es que es cuando más turistas se esperan. Nuestra elección fue para el mes de junio y tuvimos la gran suerte de no encontrar turistas. Es más, mi marido entró sólo a la Pirámide. Y cuando digo sólo, es que no había ningún otro turista dentro de ella.

Es de agradecer no estar muy agobiado en según que sitios : tumbas, templos, etc. Además, como no había turistas, tuvimos un guía para nosotros solos, cuando lo normal es que el guía haga un grupo de personas.

En los meses de verano, esto es impensable. Hacer colas en las entradas de los templos con ese calor inhumano..... no es muy recomendable. Eso por no mencionar que los precios en el mes de agosto suben considerablemente.

Qué llevar

Un buen botiquín. En especial si tenéis el estómago sensible. Tened por seguro que os váis a poner enfermos, ya no sólo por la comida, sinó por el drástico cambio de temperatura que experimentaréis cada vez que salgáis del barco y hoteles. ¡No olvidéis visitar el centro de Sanidad Exterior más cercano! ¡Siempre os lo digo!

Regalos para los niños. Cuando vamos a según que lugares es recomendable llevar bolígrafos, colores, y cositas para niños. Os lo agradecerán muchísimo.

De la misma forma, también es obligatorio llevar el protector solar, calcetines de algodón para la mezquita (puesto que hacen descalzar) y pulverizador de agua. La ropa de hilo y algodón es más que esencial. Llevad algo de manga larga porque por las noches, en especial cerca del Nilo, refresca. Y no llevéis solamente pantalones cortos y tirantes : el Sol pica muchísimo!

La comida en Egipto
Muchos de vosotros me habéis preguntado qué sirven en el crucero y en los hoteles y por ello, os dedico un rinconcito en mi blog.

No os preocupéis, tendréis a vuestra disposición todo tipo de ensaladas, pescado y carne a excepción del cerdo. La comida que sirven es como la que comemos aquí y, por suerte o por desgracia, en el barco raramente os servirán comida típica egipcia. ¡Hubiera deseado esa bollería y esos pasteles tan ricos!

En esencial bebed agua embotellada. Probablemente mucha gente os aconseje que no os lavéis los dientes con el agua del grifo. A ver, no hace falta exagerar. No váis a morir si bebéis de agua no embotellada, es potable. Simplemente se trata de ser precavido y de no poneros malos.

El regateo y las propinas
Lo de las propinas en Egipto está a la orden de día. Damos propina a todo el mundo, desde el que viene con la guitarra a cantar una canción, hasta el conductor del taxi, pasando por los restaurantes. Incluso si váis a contratar una agencia, éstas suelen sumar al precio final un tanto por cierto en concepto de propinas.
En cuanto al regateo, es obligado. Probablemente los vendedores os empiecen ofreciendo el doble de lo que vale el producto. Ellos son conscienten de que vamos a regatear. No tengáis lástima cuando os digan que pierden dinero. Os cansaréis de regatear tanto durante el crucero (a los vendedores que se acercan al barco) como en el Cairo. Si estáis en el Cairo, y queréis comprar souvenires sin tener que pasar por el proceso del regateo os recomiendo la Tienda de Jordi, de la que os hablaré más adelante. Tiene los precios más bajos, ya marcados, y no puede regatearse.




Nuestro viaje 





  • Día 04 de junio de 2012
 

Llegamos a Barcelona para partir hacia Egipto en un vuelo de Egpytair. En nuestro caso, primero partiríamos de Luxor para tomar el crucero por el Nilo y dejaríamos el Cairo para el final. Tuvimos que hacer escala en El Cairo para coger otro vuelo interno que nos llevara a Luxor.

No hay vuelo directo desde España a Luxor. 
 
¡Partimos hacia el Cairo!
El vuelo duraba cerca de cinco horas. En cuanto despegamos se nos sirvió la comida (pollo, arroz y un rico postre), y a partir de ahí, me tumbé en el asiento, ya que el avión iba  medio vacío y me pegué una siesta considerable, hasta casi llegar al Cairo. Nos despertaron para rellenar un impreso que no supimos rellenar porque estaba todo en árabe!
El Cairo


Ya en la capital nos recibió un chico, muy moreno. Era muy simpático. Estaba allí, esperándonos con un cartel con nuestros nombres. Le di dos besos, y se quedó bastante sorprendido, ya que él me estaba tendiendo la mano. Allí mismo, nos ayudó a rellenar el impreso, hicimos el cambio de divisas y pusimos el visado (que ya traíamos desde España) pegado en el pasaporte

Consejo: En Egipto podréis pagar con euros y con libras en muchos sitios (no en todos). 


Independientemente, es más aconsejable llevar libras por el tema de las propinas, y de más. Por decirlo de algun modo, sale todo más barato si se paga con libras. Podéis hacer el cambio de divisas en varios sitios, incluso en la motonave. En la medida de lo posible, no hagáis el cambio en España, porque no váis a ganar con el cambio. 

Por otro lado, si te sobran libras egipcias al final de tu viaje, es mejor cambiarlas de nuevo en el aeropuerto egipcio. Hacer el cambio en España es más complicado, y tampoco sale a cuenta. Para que os hagáis a la idea, 1 € = 7 ó 8 libras egipcias 


Allí, mientras esperábamos en otro avión hacia el Cairo, nos fumamos un cigarrillo en el aeropuerto! Parecía extraño, pero era así. Era la única mujer en una sala de fumadores repleta de hombres mirándome.

Cenando a nuestra llegada a la motonave
Era ya de noche cuando despegó nuestro avión hacia Luxor, dónde nos recibió otra persona de Karnak, quién nos llevó la maleta hacia el coche. Un montón de egipcios se agolpaban a las puertas del aeropuerto, intentando coger nuestras maletas para ayudarnos (y cobrar una propina por ello). Al llegar al coche, conocimos al que iba a ser nuestro guía : Alaa Eid Saad (Aladino, para los amigos, aunque medio Egipto se haga llamar Aladino).

Me sorprendió ver que nuestro guía poco se parecía al resto de los egipcios. De moreno tenía bien poco, y tenía los ojos grandes y claros. Nos subimos al coche y fuimos hablando un poco de la situación de Egipto. Por el camino, nos enseñó desde el vehículo el Templo de Karnak que parecia espectacular..

El taxista nos llevó hacia la motonave,  dejamos los pasaportes y nos acompañaron a la habitación: eramos los últimos pasajeros en subir a la motonave. De hecho, era tan tarde que el comedor estaba cerrado, aunque por fortuna, uno de los camareros nos sirvió la cena en la habitación.

Aquella noche me costó un poco dormir. Sentía que tenía un torbellino de emociones en mi interior, parecía un niño pequeño, no me podía creer que iba a pasar mi primera noche en esta tierra tan maravillosa...

  • Día 05 de junio de 2012
Nos despertaron de buena mañana para ponernos en marcha. En la motonave no hace falta llevar el despertador ya que te llaman por teléfono, y lo dejan sonar hasta que te despiertas y lo descuelgas.

Estábamos entusiasmados. Nos duchamos, estrenamos nuestra ropa de hilo, sombrero, gafas, protector solar, y nos dirigimos al comedor para el desayuno. El servicio era exquisito. Le hacen sentir a una como si fuera la marquesa de la motonave. Claro, encima con la crisis de turistas que vivía Egipto tras las oleadas de protestas, el barco no había alcanzado la capacidad deseada de turistas, ni siquiera la mitad. Con lo cual, el gerente de Solaris se paseaba por las instalaciones de la motonave comprobando que todo estaba correcto, cosa impensable en pleno apogeo de turismo.

Después del desayuno, Alaa nos vino a buscar. Nos subimos a una furgoneta y nos llevó a nuestra primera parada: El templo de Hatsepshut. Nos sentamos en un edificio que había a la entrada, para explicarnos la historia del templo. No pretendo ser pedante, pero es que yo, que ya había visto tres mil documentales, ya me la sabía de la A a la Z. Aunque a Alaa era más dado a explicarnos todo desde su verteniente mitológica.

El Templo de Hatsepshut

En el Templo
Me apasionaba la historia de Hatsepshut, la reina-faraón, que se enamoró del arquitecto de su templo, Senenmut, enterrado cerca del mismo. 

Hatsepshut adquirió el poder, casi por casualidad, al morir su padre, el Faraón Tuthmosis I, y su marido y medio el hermano, el Faraón Tuthmosis II ( sí, había mucho incesto...) En teoria, quién debía adquirir el poder, tras la muerte de éste último, era Tuthmosis III, pero aún era un niño, momento que Hatsepshut aprovechó para nombrarse a si misma Faraón, y gobernar Egipto.

 De hecho, en algunas estatuas, la reina aparece con aspecto de hombre, e incluso con barba.  Lo cierto es que Egipto vivió una de sus mejores épocas bajo su gobierno: impulsó el comercio, llevó a cabo importantes campañanas militares y embelleció la tierra con grandes monumentos y construcciones.



Oscar

Pinturas en el Templo de Hatsepshut
Pero seguramente se recordará a Hatsepshut por el templo funerario que mandó constuir en honor al Dios Amon-Ra y que aquella mañana estábamos visitando. Cogimos un trenecito desde la entrada, hasta los pies del Templo, con sus grandes columnas, tres terrazas y una gran rampa que daba la bienvenida a todos los turistas. Es curioso, ya que el templo estaba excavado en la roca, y parece que se confunde con ella. Me encantaron los relieves y pinturas plasmadas en los muros del templo y que aún conservan el color. Era normal que lo bautizaran como la Maravilla de las Maravillas, o mejor dicho, Djeser-Djeseru.

Posando con el egipcio en el Templo



Allí nos pilló un egipcio por banda, y se quiso hacer unas fotos con nosotros posando, al igual que Hatsepshut, con los brazos cruzados. Cuando ya nos íbamos nos pidió dinero por ello. (Primer escarmiento). Posteriormente, otro hombre nos vino, y nos hizo ir tras él, saltando unas de las vallas que cercaban el recinto, para enseñarnos un sarcófago escondido en un agujero. Nos dijo que era el sarcófago de Hatsepshut, y que era un secreto. También nos pidió dinero. (Segundo escarmiento). Encima, nos dijo el guía que era mentira, y que aquél sarcófago no pertenecía a la reína faraón.


Sí, aquella mañana aprendimos que los lugareños nos iban a estar acosando todo el viaje, haciendo por ti cosas que crees que son favores, y por las que luego te piden dinero. Lo peor es que son incansables : les dábamos un euro y querían más. Quizá esto fue lo peor del viaje  y me figuro que la época en la que éstabamos, y en horas bajas en cuanto a turismo, empeoraba la cosa.

El templo estaba bien conservado, pero había sufrido daños tras la muerte de Hatsepshut. Parte de los historiadores creen que su hijastro y heredero al trono, Tuthmosis III se encargó de ello, mientras que otra parte de la historia culpa a sus descendientes en general, al ser inconcebible que fuera una mujer la Faraón de la tierra. Lo cierto es que los faraones construían sus obras sobre la de sus precedesores. La mayor obsesión de todos ellos era la de ser recordados para la posteridad, y gran parte de los que se sentaron en el trono se dedicaron a destruir lo que otros habían hecho.


Hatsepshut

El Templo


Una vez visitado el templo, nos pusimos en marcha hacia nuestra siguiente visita. Hacía mucha calor en esta zona, aunque si os soy sincera, pensé que el calor iba a ser mucho peor. ¡En cualquier caso íbamos preparados con vaporizador de agua, pañuelos y ropa de hilo! 

Oscar aprendiendo el oficio



Junto a Alaa, nos subimos a la furgoneta, y nos dirigimos a ver los Colosos de Memnon. Eso sí, antes hicimos una parada en una fábrica/tiendas de piedras. Si váis con agencia, debéis acostumbraros a que los guías os paran en los comercios de camino a los Templos. Ellos cobran comisión por hacerlo. Al principio, nos hizo gracia, pero al final del viaje nos empezó a cansar el tema, y le pedimos a Alaa que no nos parara en ningún sitio más.
   
De todos modos, fue gracioso ver a mi marido aprendiendo el oficio de la piedra en este negocio. En la tienda, estuvimos a comprar, pero nos abstubimos, dado que era el primer dia, y quedaba mucho viaje por delante.

Los Colosos de Memnon me gustaron más de lo que yo pensaba tras ver las fotos. Los Colosos son dos gigantantescas estatuas de piedra que representan a Amenhotep III. Éste, era un faraón conocido por muchos nombre (Amenofis, Imenhotep, Memnon...) pero en mi opinión, fue más conocido por ser el padre de Akhenatón, y por tanto, este señor fue el abuelo de Tut Ankh Amón. 





Los Colosos de Memnon


Los Colosos de Memnon
 
Antiguamente, los Colosos daban la bienvenida a un Templo funerario del que hoy en día no queda nada. En la actualidad, solo quedan ambas estatuas. Sus detalles, se distinguían mejor en la distancia, que estando al lado de ellos. En cualquier caso, imagináos la sensación que tiene uno al lado de estas dos obras de 18 metros de altura, y con tantos años de antigüedad a su espaldas. Parecía que de un momento a otro iban a levantarse. Los que habéis visto el videoclip de In the end, the Linkin Park, sabréis de lo qué hablo.


Desde los Colosos de Memnon nos fuimos con la furgo a ver el Valle de los Reyes. Allí, al igual que nos pasó en el Templo de Hatsepshut, tuvimos que coger un trenecito que nos llevara desde el párquing, hasta la entrada.

El Valle de los Reyes es una impresionante necrópolis en el pleno desierto donde se enterraron decenas de faraones, siendo Tutmosis, padre de Hatsepshut el primero en ser enterrado aquí, junto a sus tesoros y ofrendas, en espectaculares tumbas con pinturas, esculturas, etc. El Valle se sitúa en Luxor (antigua Tebas). 

El hecho de enterrarse en el Valle de los Reyes era más moderno que hacerlo en pirámides. Los faraones temían que se saquearan sus tumbas una vez hubieras muerto y de hecho, éstas habían sido de fácil acceso para los saqueadores y ladrones. Por esta razón, siendo Tebas la capital de Egipto, los faraones decidieron enterrarse en este Valle con el fin de mantener su momia y su templo construido bajo tierra por muchos años.

Al otro lado de la montaña se creó el Valle de las Reinas. Éste no entraba en nuestro itinerario, y por tanto no lo visitamos. Debéis saber que la tumba más famosas del Valle de las Reinas es la de Nefertari (mujer de Ramsés el Grande). Los antiguos egipcios no se molestaron en esconder tanto esas tumbas como las de los faraones. En consecuencia, si bien han sido más faciles de encontrar, fueron en su día de fácil acceso para los ladrones.

A lo que iba, nada más bajar de la furgoneta empezamos a notar el calor sofocante del Valle, y es que además, ya no era primera hora de la mañana, y nos estábamos plantando en el mediodía.

Jima
En el trenecito viajó con nosotros un niño encantador, que intentaba vendernos fotos y libros del Valle. Nunca olvidaré la cara de ese niño, vestido con una camiseta de FCBarcelona, y con las sandalías rotas. Se llama Jima. A Jima le dimos dinero, además de comémerlo a besos. Chicas, prepararos para dejar volar en este lugar vuestro instinto maternal. 

Era un niño muy peculiar puesto que nos acompañaba a todas las tumbas, y como no le dejaban entrar se esperaba fuera bajo el Sol abrasador.

Alaa no entró con nosotros, pero nos enseñó las imagénes en un libro de lo que íbamos a ver posteriormente, y nos explicó el significado de cada una de ellas. Nuestra entrada solamente nos daba derecho a ver tres tumbas, excepto la de Tut Ankh Amon, por la que hay que pagar un extra. Aconsejados por Alaa, no pagamos esa entrada, puesto que todos sus tesoros estan en la actualidad en el Museo del Cairo.

No tenemos muchas fotos del Valle de los Reyes ya que las fotos en el interior estan prohibidas. No obstante, lo prohibido es tan relativo en este pais..... Vamos, que si te pillaban con la cámara en el interior de la tumba, le dabas unas libras a los vigilantes para que hicieran  la vista gorda....

La visita en el Valle de los Reyes fue bastante rápida. Los egipcios que las vigilaban eran realmente agobiantes, puesto que nos seguían por el interior de la tumba intentando hacernos de guía, para después pedirnos limosna por ello. Nosotros insistíamos en que no queríamos guías, sino que queríamos estar tranquilos viendo la tumba por dentro, pero parecía imposible......

Estar dentro de una tumba es una de las mejores sensaciones que como viajero se puede tener en Egipto, al andar por esos estrechos pasillos bajo tierra, adornados con increíbles pinturas que explicaban el paso del faraón, desde la vida, hasta la muerte.

Los antiguos egipcios estaban convencidos de encontrar el paraíso tras la muerte. Por ello, creían que la momificación impediría la degradación del cuerpo del faraón en la otra vida. Para ayudarlo a cruzar el río, los egipcios, plasmaban en las paredes de su tumba imagénes que se referían a los libros sagrados (por ejemplo, el libro de los muertos). Así, el faraón no tendría pérdida en el momento de la muerte.

No solo esto, los faraones eran enterrados, con muebles, joyas, ropa, perfumes, vino, etc. Nada podría fatarle al Dios terrenal en la otra vida. Éste es el motivo por el cual, las tumbas de los faraones eran un manjar para los saqueadores de la época.

A pesar del calor, fue un poco duro despedirme de aquél sitio  y de Jima. Mi instinto maternal me decía que me metiera al niño en la maleta y me lo llevara conmigo.

En el balcón de la habitación
Aquél día no íbamos a ver más templos, ni Colossos, ni tumbas. Todos los barcos partirían de Luxor aquél día para iniciar el recorrido por el Nilo.¡Por cierto! fuimos los últimos en subir aquella mañana y claro, como los barcos estan amarrados en la orilla, uno junto a otro, ninguno podía salir si el nuestro no lo hacía primero. Menudo lío el que armamos.

Nuestra primera comida a bordo fue espectacular. Bueno, ya se sabe, buffet libre. Me encantaba ponerme ciega de comida y mojar pan en esas salsas tan ricas.

Tuvimos la tarde libre, para una pequeña siesta, un agradable baño en la piscina de la cubierta, y para poder disfrutar de la hora del té / café que nos ofrecía el servicio.

Aquella tarde además tocaba pasar por la Esclusa de Esna, todo un espectáculo, vamos. Todos los ocupantes del barco nos reunimos en la cubierta para ver como las motonaves pasaban por la esclusa. La esclusa  es toda una obra realizada, como paso obligatorio de las motonaves, para superar un desnivel de diez metros.

No solamente esto, pasar por la Esclusa es toda una atracción dado que allí se reúnen decenas de vendedores ambulantes intentando que te lleves chilabas, toallas, etc. Ellos  ya sabían que al día siguiente ibamos a disfrutar de la noche de la chilaba en la Solaris II .....

Cruzando la esclusa




Cruzando la esclusa




Cruzando la Esclusa


El procedimiento es el siguiente :  unos pequeños barquitos se amarran a la motonave y empiezan a gritar :
Vendedores
Chilaba!! Barato!!. En cuanto el turista asoma la cabeza, gritan todavía más. Te la enseñan desde abajo. Si te gusta, la meten en una bolsa y la tiran hasta la cubierta (espectacular el numerito....). Si te gusta, le tiras el dinero que te pidan en una bolsa. De lo contrario, les tiras la chilaba para devolverséla.


Ni se os ocurra quedaros con la chilaba sin tirarle el dinero al vendedor, porque de alguna forma estan protegidos por el servicio de la motonave. Los vendedores son muy pesados, pero únicamente quieren ganarse la vida de la mejor forma posible.

Vendedores de chilaba en el Nilo


Le pedí a los vendedores que me tiraran algunas chilabas. No me gustó ninguna. Además, algunas estan mojadas y sucias por haber caído al agua..... No obstante, le dimos caramelos a los niños, y tabaco a algunos de los vendedores que había allí. Ahh ! También le compré una toalla gigante de Nefertiti a uno de ellos por 40 LE. 

Consejo : comprad lo justo durante el trayecto por el Nilo si después váis a ir al Cairo. Personalmente, compré la toalla más que nada por tener algun gesto con el vendedor que había en la Esclusa de Esna pasando calor, pero tened en cuenta que los mejores productos y souvenires los encontraréis posteriormente en el Mercado de Khan El Kalili, en El Cairo.

Aquella tarde la pasamos en la cubierta del cubierta de la motonave. Conocimos a un chico que en un primer
momento pensamos que era un turista más. Pero era un vendedor que regentaba una tienda dentro de la misma motonave. No hablaba español pero se defendía bien en inglés, nos explicó el funcionamiento de la esclusa.

Pasada la Esclusa de Esna, el barco amarró en el cercano pueblo de Edfú. Un pueblo con mucho ruido, mucho ambiente y mucho vendedor. 


  • Día 06 de junio de 2012


Edfu

A la mañana siguiente nos despertaron los cantos que podían oírse desde el minarete. El muecín estaba llamando desde allí a los árabes para rezar. Me invadió una extraña sensación. Me fascinaba estar en un lugar tan diferente al que vivimos. Nunca antes había oido este llamada al rezo...

Era muy temprano, pero los vecinos de Edfú ya se estaban animando junto a las motonaves en el Nilo. Cierto que es las calles estaban sucias, y las casas parecían inhabitables. Pero a mi me encantaba, era tan extraño y tan curioso, que no hacía más que fascinarme  e impresionarme cada vez más... ¡No podía dejar de asomarme al balcón!

Nos duchamos, nos vestimos y nos fuimos a desayunar. Pronto quedamos con Alaa, y nos subimos en una calesa, un carro tirado por caballos. De hecho, se estaban agolpando todos a la puerta de la motonave, esperando la bajada del barco de los turistas para que se subieran en su calesa.

Paseo en calesa


Paseos en calesa
Nosotros nos sentamos atrás, mientras Alaa y el que tiraba de los caballos se sentaron delante. Por cierto, que éste último no hacía más que pedirnos dinero a la que el guía estaba distraído. Era un poco agobiante, pero eso no quitó que disfrutarámos de nuestro paseo hasta el templo de Edfú. 

El pueblo era más grande de lo que parecía, y yo como no, iba en cámara en mano intentando plasmar la vida cuotidiana en este lugar cercano al Nilo. 



Llegados al Templo de Edfú, y mientras la calesa nos esperaba fuera, nos refugiamos a la sombra. De hecho, Alaa huía siempre del sol, y siempre nos daba las explicaciones de los templos a la sombra.

La parte exterior del Templo de Edfú ya era por si sola impresionante! El Templo estaba dedicado a Horus - de hecho se le conoce como el Templo de Horus - y de ahi el que hubieran halcones reflejados por todo el Templo. 

De forma rápida os explico, que Horus era uno los dioses de la mitología egipcia, representado casi siempre en forma de halcón. Según la mitología, Horus, en el transcurro de sus luchas con su tío malvado Seth, perdió el ojo izquierdo. Afortunadamente, su ojo fue substituido por el Udyat, una especie de ojo mágico del que habreis visto centenares de imágenes en vuestra vida.

Horus era muy importante en la vida de los antiguos egicipcios, al considerarse el Dios de todo Egipto. De hecho, durante todo nuestro recorrido por
Templo de Edfú.
Egipto, oíamos hablar constantemente de él.



En su homenaje, se construyó el espectacular Templo en Edfú, siendo en la actualidad, el segundo templo más grande de Egipto, después del de Karnak.


La entrada al Templo era espectacular, en especial por sus grabados en las paredes.

Nos llamó la atención el hecho de que algunos jeroglíficos y representaciones sobre las paredes estaban borradas. Alaa nos explicó que los cristianos que llegaron posteriormente a Egipto, se limitaban a hacer estas cosas porque no entendían su significado. Deduje que decía la verdad, ya que Alaa era cristiano, y muy religioso, con lo cual ¿por qué iba a decir semenjate cosa si no fuera cierto?


La sala hipóstila nos daba la bienvenida al interior del Templo; sala ideal para perderse entre sus gigantescas columnas!



Sala hipóstila

Nos llamó mucho la atención también el hecho de que en esta sala puede verse el techo ennegrecido, borrando parte de su belleza. El guia también achacó esto a los cristianos, al llevar éstos cirios cuyo humo quemaba constantemente la pared superior.... 

No obstante, eso no quita que no pueda admirarse la belleza de esta sala, donde por primera vez pudimos ver como la columnas acababan sus capiteles en forma de flor de loto.



Otro de los encantos que podéis encontrar en el Templo, entre otras salas, es el Santuario de Edfú, donde podía verse la Barca Sagrada del Dios, muy presente en la mitología egipcia, y en especial en las batallas entre Horus y el malvado Seth.

Barca Sagrada de Edfú


Todas las salas del templo parecen tesoros que han sobrevivido al paso del tiempo. Pero en mi opinión, lo
Templo de Edfú
más fascinante del Templo de Edfú son esos pasillos exteriores recargados de jeroglíficos y de más inscripciones. Realmente, no recuerdo haber visto tantas representaciones juntas en ningún otro templo en Egipto, y quizá por eso me gustó tanto el Templo.


No dejaba de pensar en la díficil tarea que tuvieron los antiguos egipcios encargados de picar tanta historia y mitología por todas las paredes. Si éstas hablaran, seguramente contarían mil historias.....




Jeroglíficos en Edfú


Óscar en el templo de Edfú
Niños vendedores
No faltaban en el templo niños y no tan niños que intentaban vendernos pulseras y objetos varios, e incluso tabaco. Mi marido compró aquí un cartón. Consejo:  el tabaco que os ofrecen los vendedores ambulantes procede de China y es bastante malo ¡¡No paguéis por ello!! Mejor un estanco. 

Visto el templo, partimos de nuevo en la misma calesa hacia la motonave. De nuevo, íbamos con el tiempo
Calesa
justo, pues comeriamos mientras el barco navegaba por el Nilo, ya que por la tarde debíamos estar en Kom Ombo.


El paseo en calesa es muy bonito. Si váis a Egipto en un viaje organizado, será una de las pocas ocasiones en que veréis como viven los egipcios. Obviamente, para gustos colores, hay gente que no quiere ver según que cosas, animales esqueléticos por poner un ejemplo. No es agradable, pero a mi me impresionaba mucho ver tanta diferencia cultural. Sea lo que sea, es necesario viajar con la mente bien abierta!


Edfu

Edfú

En la motonave

Después de algunos problemillas con los vendedores que se agolpaban a la entrada de nuestra motonave, conseguimos meternos en el comedor para comer y nos pegamos una pequeña siesta, para despues, como no, subirnos a la cubierta puesto que era la hora del café.

Nos encantaba estar en la cubierta, jugando a los juegos de mesa que había en la motonave, mientras observábamos curiosos los paisajes de las orillas. Por ello es por lo que anteriormente os he dicho que es mejor coger el viaje estando siete días en el Nilo, y no tres.
Kom Ombo de lejos y motonaves

Pronto empezábamos a ver ruinas que se alzaban en el margen izquierdo de Nilo. Era el Templo de Kom Ombo, o Templo del Dios Cocodrilo. De lejos, parecían cuatro simples ruinas. Recuerdo, de hecho, le dije a mi marido : ahí solo hay cuatro piedras!! Que engañada estaba.....!

Cuánto más se acercaba la motonave a Kom Ombo, más belleza se asomaba. Estábamos impacientes. No veíamos el momento de llegar y bajar del barco!




Llegando al Templo del Dios Cocodrilo

Kom Ombo no se me pareció nada al resto de templos que habíamos visto anteriormente. Aunque no se conservaba, ni de lejos, tan bien como el templo anterior, el de Edfú, tenía una historia curiosa. Y es que, según nos contó el guía, había muchísimos cocodrilos en el Nilo que causaban daño a las personas.


Templo de Kom Ombo
Los antiguos egipcios empezaron a preguntarse por qué ocurrían estos incidentes, y llegaron a la conclusión que esto pasaba porque nadie había hecho un templo dedicado al cocodrilo. Así que se pusieron manos a la obra, y alzaron esta preciosidad de Templo a orillas del río Nilo.

Recuerdo que este día, y en especial a esta hora de la tarde, hacía muchísima calor. Fue uno de los días en que más calor pasamos. Además, parecía que todos los turistas nos habíamos puesto de acuerdo para la visita. El templo no es muy grande, y éramos demasiados. En la medida de lo posible, junto con Alaa, nos refugiábamos en todas las sombras que había en el templo, gracias a sus enormes columnas.

Sin duda, el templo en su tiempo, tenía que ser precioso.....




Representación de Sobek

Las representaciones de las paredes eran gigantescas. Al igual que en el Edfú, podíamos ver en varios jeroglíficos al Dios Horus, pero sin duda, este monumento estaba claramente dedicado a Sobek - así fue como llamaron al Dios Cocodrilo.

Sobek además, era el Dios relacionado con el Nilo y con la vegetación. Aunque se le representaba con cuerpo de hombre, su cabeza era la de un cocodrilo. Se le relacionaba con el Seth (el malo), puesto que Sobek, según creían, era un Dios maligno y peligroso. Independientemente de fuera bueno o malo, os puedo asegurar que esos relieves enormes y tan bien grabados en las paredes de Kom Ombo, imponían demasiado. Mi marido y yo estábamos asombrados con este lugar, y no podíamos dejar de disparar fotos! Los cuerpos de las paredes estan perfectos hasta en el mínimo detalle.





Columnas en Kom Ombo



Columnas en Kom Ombo
El Templo, junto con todos sus relieves que han sobrevivido al tiempo, era toda una obra de arte. Desde luego, yo me sentia sorprendida con este lugar, pero Oscar estaba como un niño pequeño! En cuanto me daba la vuelta me percataba de que había desaparecido!
Piedra con representaciones de instrumentos médicos



Por lo que a mi respecta, me llamó muchísimo una piedra en el interior del Templo donde dejaron grabadas imagénes de varios instrumentales médicos - entre ellos, materiales que en la actualidad se siguen usando para la cirugía - , así como  distintas enfermedades de la época con sus respectivas curas. ¡Era impactante!







En definitiva, el Templo del Dios cocodrilo, a pesar no haberse conservado en su totalidad, es un templo espectacular, de visita obligatoria.  Su posición en la misma orilla del Nilo, y sus vistas le dan un punto de hermosura. Afortundamente, perduran sus relieves de los dioses y los jeroglíficos plasmados en todas sus columnas, narrando historias increíbles.

Kom Ombo


Cocodrilos momificados
Dejamos atrás el Templo de Kom Ombo, y entramos en el cercano museo del cocodrilo. Éste es un museo reciente, de hecho, creo que lo abrieron a principios del mismo año 2012. El museo no destaca precisamente por sus grandes dimensiones : es un sitio pequeñito, pero eso si, con un decenas de cocodrilos momificados. ¡Que curioso! Me gustó muchísimo.

No solamente esto, también había huevos, ataúdes, y de más. Todo relacionado con el mundo del cocodrilo.


Cocodrilos momificados

Salimos de este original complejo de cocodrilo que incluía templo y museo muy satisfechos. Todavía quedaba un rato para que la motonave partiera, y por eso Alaa decidió que fuéramos a tomar algo al único bar que había en las proximidades, y con vistas al Nilo.

Era una terraza, con mucho encanto, donde habia más turistas buscando sombra y tomando algo fresco para superar el calor de Kom Ombo. Como no habíamos comprado ninguna chilaba a los vendedores ambulantes de la Esclusa de Esna, estuvimos dando un paseo por las tiendas situadas en la orilla, en busca de la dichosa chilaba. Al fin y al cabo, aquella noche iba a ser la fiesta, y nosotros seguíamos sin ella. 

No compramos nada en las tiendas, los precios iniciales eran excesivos y nos cansamos de regatear. Aunque, eso sí, me subí a la motonave hasta arriba de pulseras que los niños me habían vendido.
Arreglándonos para la fiesta de la chilaba

Así que a la llegada a la motonave, no tuvimos más remedio que ir a la tienda del barco que regentaba el chico que habíamos conocido en la Esclusa. Nos dejó varias vestimentas y subimos a la habitación a probarnoslas. A Óscar le encantó una chilaba blanca, mientras que yo me decanté por un vestido de bailarina.

El chico, nos bajó los precios considerablemente - menos mal, porque nos pedía cerca de 15 € por cada uno -. Alaa nos dijo que el precio final era muy muy muy asequible para la buena calidad en que estaban hechos. Realmente, se notaba diferencia entre las estas chilaban y la de los vendedores ambulantes.

Así que después de la cena, y con la motonave en marcha, nos fuimos a poner guapos a la habitación, y bajamos a la pista de baile.



Oscar listo para la noche de la chilaba

A la entrada de la discoteca, uno de los camareros nos ofrecía cocteles a un módico precio. Dentro no había mucha gente, de hecho la motonave iba al 20% de su capacidad debido a la caída del turismo. 

No obstante, eso no impidió que disfrutáramos la noche junto con el grupo de alemanes que también viajaba con nosotros, en especial, con los juegos que los guías nos habían preparado. Francamente, fue uno de los días que me reí más en toda mi vida. Ya sabéis, esos ataques de risa que provocan un dolor de estómago irreparable!




Jugando
Hubo en especial un juego en el que las mujeres debíamos bailar alrededor de las cucharas, y agacharnos a por una al parar la música. Obviamente, sobraba una mujer en cada ronda. No gané la cuchara, a pesar de haberme ganado un buen porrazo cuando en la última tanda pusieron a mi marido con la tumbado con la cuchara "en sus partes" y debimos luchar todas por ella!

Supongo que las fotos hablan por sí mismas....



Golpe









Los dos en la fiesta de chilaba





Con Alaa


La noche acabó en la terraza de la discoteca, con Alaa y el resto de guías, fumando cigarrillos, bebiendo y hablando de cosas, como las similitudes y las diferencias entre africanos y europeos. Me gustan ese tipo de charlas ya de por sí; pero bajo el cielo egipcio eran todavía mejor!

Nos fuimos a la cama exhaustos mientras el barco siguió navegando.


  • Día 07 de junio de 2012
Aswan era muy diferente a todo lo que habíamos visto antes. Más calor que en ningún otro punto
Aswan
, pero desde luego de una belleza excepcional, con sus barquitos o falucas paseando por el Nilo y sus paisajes en general. Para mi gusto, la ciudad más bella de todo el país.


Según nos dijo Alaa, el nombre de Aswan podría venir del nombre de Suán, para referirse al mercado en árabe.

Como atractivo especial, en Aswan pueden encontrarse todavía poblados nubios tras la separación de Nubia entre los países de Egipto y Sudán. Afortunadamente, tendríamos ocasión de visitar un poblado nubio durante nuestra estancia en Aswan.

Cosa extraña
Pero aquella mañana debíamos partir hacia el Templo de Philae, un templo construído en la misma isla de Philae en  Aswan.  Quedamos con Alaa en el recibidor de la motonave, y aunque se durmió y llegó tarde a nuestro encuentro, salimos a tiempo para la visita.

Como siempre, Alaa había alquilado un taxi  para que nos llevara a la visita. Desde luego, este coche limusina que venía a buscarnos, no tenía desperdicio. Lo mejor fue la piel de camello en el salpicadero, el techo del coche plastificado, y estas cosas extrañas, como la de la foto, colgadas en los asientos delanteros.  


En realidad, estos estrambóticos adornos, los veréis en la mayoría de los coches que circulan por Egipto... ¡¡toda una curiosidad!!

Alaa con el nubio de la barca
El taxi nos dejó en el embarcadero desde donde debíamos coger la barquita que nos llevara a los pies del Templo. Había decenas de barquitos esperando su turno; pero precisamente nos tocó el barco más oxidado, pequeño, cutre y el que no tenía toldo para hacer frente al sol de Aswan

El patrón de la barca, si es que puede llamarse barca, era un señor nubio muy mayor. Debéis saber que los nubios se distinguen del resto de egipcios, principalmente porque su piel mucho más oscura.  El nubio en cuestión no dejaba de pedir limosna al guía y éste le replicaba que cómo iba a pedirnos limosna si nos llevaba en la peor barca del embarcadero!! 



De camino al templo de Filae

Nubio



En el Templo de Filae
Nos encantó el paseo con la barca hasta el Templo, que fue sensacional, con la tranquilidad que el Nilo nos ofrecía, a pesar de que nos estábamos torrando bajo el sol. 

El hecho de tener que coger la barca para llegar al Templo de Filae le suma belleza, a pesar de que, en mi opinión, el templo en sí no era de los más bellos de los que vimos. Francamente, a pesar de su excelente ubicación, en mi lista de monumentos egipcios, precisamente éste no estaría entre los primeros. Aunque, obviamente, para gustos, los colores, me pareció que no se conservaba tan bien como otros....



Óscar en el templo de Isis

Si bien el Templo estaba situado originalmente en la misma isla que le da el nombre, la Isla de Filae, se trasladó posteriormente por la UNESCO a la Isla Agilika debido a la construcción de la presa de Asúan. Toda una obra de ingenieria...
 
El Templo también recibe el nombre de Templo de Isis -madre de Horus-, puesto que esta dedicado a ella, como Diosa que representaba a las mujeres, y Diosa de la Sabiduría.

Filae
A nuestra llegada, Alaa nos explicó la historia en general, y toda la mitología relacionada con el templo. Posteriormente, se fue -huyendo del Sol como siempre- a un bar que quedaba a mano derecha, y Óscar y yo nos adentramos en las ruinas del templo.

Nos recibieron  sus columnas a la entrada cuyos capitéles parecían flores y caminamos perdiéndonos por el interior del recinto, de tamaño considerable.

Nosotros 



Nosotros en Filae



Mientras estábamos posando para las fotografías, se nos acercó un policia de blanco. Se ofreció a tirarnos unas fotos, y luego nos dijo que lo acompañarámos a un lugar de la isla desde donde podían tirarse mejores fotografías....

Óscar posando con el arma del policía
Anduvimos detrás de él unos metros, y viendo que nos estaba alejando de la gente, me asusté mucho y me fui al bar donde estaba el guía. ¡¡Pensé que nos iba a secuestrar o algo raro!! Allí estuve, esperando a que llegara mi marido varios minutos después...!


Volvió sin explicarme nada de lo que había sucedido....Le pregunté varias veces, y finalmente esperó a que subierámos al coche para confesarme que el guía se lo había llevado a otro lugar y le había dejado el arma para que posara con ella. Obviamente, le pidió dinero por ello.



Posando.....
Aunque las fotos que el polícia le hizo eran en parte divertidas, debo reconocer que me quedé un poco mosca con la situación. Alaa, nos explicó además que un polícia no puede dejar su arma a nadie so pena de cárcel de 5 años. Así que ¡menuda aventura!


En fin, que volvimos los tres con el nubio en la misma faluca cutre al embarcadero, y nos subimos de nuevo al taxi de las cosas extrañas.

Aquél día, antes de volver a la motonave, nos paramos en una tienda de fragancias. Como os he comentado anteriormente, es el precio a pagar por viajar en agencia. Obviamente, no íbamos a comprar nada, pero se nos iluminaron los ojos cuando el guía nos dijo que nos harían un masaje y nos invitarían a un té.

Y así fue.  

Nos invitaron a una rica bebida roja mientras nos dejaban oler fragancias, y nos hicieron un masaje. El de Óscar no tenía mala pinta - como podéis ver en la foto - aunque yo tampoco me puedo quejar. Me encantó el masaje en la cabeza que me hizo una señora. Eso sí, tuvo que despeinarme toda! Por suerte, me hizo un bonito moño al acabar.. :)

Masaje

Fragancias



Como era pronto, a nuestra llegada a la motonave, nos fuimos un ratito a  la cubierta para disfrutar del sol y la piscina antes de la hora de comer.  Aquél día, en el comedor tuve más cautela, puesto que la salsa picante de los días anteriores, y el cambio de temperatura empezaban a hacerse patentes en mí. Estaba empezando a sentirme mal, con náuseas y dolor de barriga.... En parte, como todo el mundo se pone malo en Egipto, ya esperaba que pasara de un momento a otro...

Paseo en faluca

Y así pues, a la hora de nuestro paseo en Faluca por el Nilo, dimos la bienvenida a mi dolor de barriga insoportable. Llevaba días esperando el paseo en Faluca, así que fui fuerte y me subí a la barca de otro nubio intentando olvidar mi malestar.

Ya había visto antes cómo las barquitas surcaban el Nilo alrededor de las motonaves. Menudo paisaje! Me encantaba.


Faluca
El nubio era de edad avanzada, pero parecía un chaval. Me impactó el que cogiera una botella vacía de plástico, la llenara de agua del Nilo y se la bebiera, como si nada. Esto, desde luego, no es apto para estómagos turistas. Ante todo mi asombro, el nubio insistía en el hecho de que el Nilo le había dado siempre la vida, y no le iba a dar la muerte por beber de él.

Por cierto, nos dejó llevar la faluca un rato, y además me regaló una pulsera. Todo un detalle. Me encantaban los nubios y parecían muy diferentes al resto de egipcios.


Después del paseo en faluca, pasamos un momento por la motonave, y quedamos con Alaa para hacer la siguiente excursión que teníamos contratada : El mercado de Aswan.

Montones de taxis y calesas se agolpaban en el muelle dispuestos a llevarnos hasta el mercado, pero decidimos ir dando un paseo. Definitivamente, adoraba Aswan, sus calles, la gente, etc. Cerca del mercado, se amotinaban bares  y heladerías. Los árabes se sentaban en las terrazas, tomando té y fumando chicha.

El mercado era un caos de árabes regentando tiendas y vendiendo desde comida, hasta ropa y souvenires. Consejo: no compréis souvenires en Aswán, porque los mejores precios los encontraréis en el mercado de Khan El Kalili en El Cairo. ¡También en la ciudad cairota encontraréis más cantidad y variedad de todo!

No obstante, el mercado de Aswan fue una de las mejores excursiones que recuerdo, con sus olores a especies por todas las calles, chilabas y telas de todos los colores. Eso sí, id asumiendo las miradas de todos los del pueblo, y el acoso constante de los vendedores. El regateo aquí es obligatorio.

Se hacía de noche, y con mucha pena, decidimos volver andando a la motonave. Afortunadamente, mi tristeza tendría premio y conseguiría volver aquí al día siguiente.


En Aswan
Mientras volvíamos, no dejaba de curiosear. Los hombres paseaban cogidos del brazo y de la mano, como gesto de amistad, mientras que las mujeres se paseaban en burka acompañadas de sus maridos y de otras mujeres. Intentaba mirarlas a los ojos y me preguntaba cómo serían físicamente, qué edad tendrían, etc.

Cruzar por un paso de peatones era un caos. Id asumiendo que coches y motos no respetan nada, y que como peatones que sóis tenéis las de perder. Todos los  vehículos pitaban y llevaban la música a todo trapo. Debían ser las ocho de la tarde, pero hacía un calor como si fuera mediodía, y parecía que ningún egipcio se hubiera quedado en casa. Terrazas y calles repletas que daban la sensación de que cada día fuera festivo en Egipto. Parecía que a nadie le preocupara el que al día siguiente tendrían que madrugar para trabajar, y es que aquí, todo se vivía de otra forma, se vivía  el día a día. Y yo estaba enamorada de este lugar.


Llegamos justo a la hora de cenar. Después pudimos gozar en la sala disco de un baile típico nubio. Sin querer nos habíamos sentado en la mesa de los alemanes, pero nos pidieron que no nos moviéramos, y que viéramos el espectáculo junto a ellos, que eran unos cuantos. La verdad es que eran muy amables.

  • Día 08 de junio de 2012

El teléfono de la habitación sonó varias veces. Eran las cuatro de la mañana. Nos estaban despertando para ponernos en marcha hacia el Templo de Abu Simbel situado a 230 KM de Asuán.

Debíamos estar a las 05 h de la mañana en un lugar concreto de Aswan, puesto que a Abu Simbel y por seguridad los turistas deben llegar en un convoy policial, que sale a determinadas horas del día.

Nos levantamos, y nos dirigimos al comedor. Todavía era de noche, y el barco estaba todo oscuro, pero pudimos tomar algo rápido, y llevarnos el desayuno en una caja, estilo picnic.

Partimos con el mismo taxi que el día anterior, con cosas estrafalarias colgadas en los asientos. El conductor no nos quitaba el ojo de encima a través de su espejo retrovisor. Yo me encontraba fatal, tenía un dolor de estómago increíble y muchas ganas de vomitar. Llegamos al punto de encuentro, desde donde iba a partir el convoy. Bajé del coche y me puse a vomitar ante la mirada atónita de mi marido y del guía. Menudo espectáculo. Me esperaba un largo día...

El convoy se puso en marcha. A pesar del dolor de estómago, y del frío intenso que hacía dentro del taxi con el aire acondicionado a todo trapo, el viaje fue sensacional. Podéis llegar a Abu Simbel en avión también, pero no hay nada como amanecer en el desierto y poder ver de primera mano qué es esto de los espejismos.

De vez en cuando, veíamos caminar a algún lugareño por la arena. Nos preguntábamos de dónde habría salido, si allí no había nada. 

Lo más curioso es que cuando venían los coches en sentido contrario, todos ponían el intermitente ¿Sería a modo de saludo? Estuvimos como tres horas metidos en el coche, parecía interminable e incluso podíamos ver como el conductor cerraba los ojos de vez en cuanto estando al volante. Sí, estábamos acojonados, pero por otro lado me consolaba pensar que no caeríamos a ningún precipio ni nada por el estilo. Como mucho nos meteríamos con el coche por la arena.


Llegamos a Abu Simbel. El coche estacionó junto al resto de vehículos y autobuses. Los vendedores ya
Caminando hacia ABU SIMBEL
rodeaban el taxi, intentando que compráramos toallas, pañuelos y de más. Sólo hice caso a uno de ellos que únicamente quería cambio. Cómo los bancos no les cambian monedas de euro, y solo billetes, veréis que los egipcios os piden un billete de 5€ a cambio de monedas. ¡¡No es ningún tipo de estafa!!


Anduvimos un rato con Alaa y por fin llegamos. Allí estaba el Templo de Abu Simbel.

Así que, chic@s, sed bienvenidos al templo número 1 en mi lista de templos egipcios preferidos. Era tan majestuoso, tan bello, tan enorme, y tan imponente....!!

Abu Simbel está compuesto a su vez por dos templos Ambos habían sido mandados construir por Ramsés II ( o Ramsés el Grande) Si vais a Egipto, veréis restos de Ramsés II por todos lados. Ésta es la razón por la que es uno de los faraones más conocidos hoy en día.Y es que Ramsés vivió muchos años, tantos, que pudo gobernar Egipto durante 66 años, por lo que tuvo tiempo a dejar su huella en varias edificaciones.

Se casó muy joven con la reina Nefertari, a la que le dedicó uno de los dos Templos de Abu Simbel, el más pequeño. Se dice que Nefertari  murió sin ver acabado el Templo que el esposo había levantado en su honor. Posteriormente, sería enterrada en el Valle de las Reinas, donde descansaría en la tumba más grande y bella que Ramsés mandó construir para su cuerpo momificado.

En cualquier caso, sería recordada gracias a ese pequeño templo de Abu Simbel, el llamado Templo Menor.


Ambos templos, construidos uno junto a otro, fueron redescubierto en el siglo XIX hundidos bajo la arena del desierto. Más de 100 años después, se decidió construir la presa de Aswan, y el templo estaba destinado  a desaparecer. Afortunadamente, se decidió que la construcción de Ramsés merecía ser salvada, y gracias a la UNESCO, se procedió a cortar el templo en grandes bloques, y se trasladó a un punto más alto y lejano del río.

En la actualidad, la edificación goza de una ubicación preciosa, con vistas al lago Nasser.



Llegando al Templo


Llegados al conjunto de Abu Simbel, nos quedamos boquiabiertos. Buscamos una sombra para que Alaa nos explicara algunos detalles.

En la fachada del Templo Menor podían verse las seis esculturas de 10 metros que representaban a Ramsés II y a Nefertiti - siendo ambos de la misma altura -, e incluso a alguno de sus hijos.


Óscar en el Templo de Nefertari

Su interior no era muy grande. En las paredes, aún perduraban los jeroglíficos donde se representaba a Ramsés II como un gran guerrero. También había referencias a la Diosa Hathor, a quién también estaba dedicado el templo. Era de una gran belleza, pequeño, con increíbles detalles y perfectamente excavado en la roca.

Pero sin duda, el Templo de Nefertari distaba mucho del impresionante Templo Mayor.

Consejo: puesto que el Templo de Ramsés es, con diferencia, más espectacular que el Templo Menor, es preferible recorrer éste último primero. A pesar de que así nos lo habían aconsejado los alemanes la noche anterior, nosotros hicimos lo contrario,y nos decepcionamos un poco al dejar para el final el Templo de Nefertari.

La fachada del Templo de Ramsés era espectacular. Cuatro grandes colosos representando a Ramsés sentado nos daban la bienvenida. Según nos contó Alaa, los vecinos y enemigos de Egipto podían ya desde lejos ver la imponente fachada, cuyo fin, podría haber sido el de que éstos sintieran respeto ante las colosales figuras del faraón.

Los colosos estaban excavados en la roca. A excepción de uno de ellos, todos estaban conservados de los pies a la cabeza. Además, en cada una de las estatuas pueden todavía verse pequeños colosos de la familia de Ramsés a sus pies. En especial, se conservan imágenes de su madre, sus hijas y de su mujer Nefertari.

Nos moríamos de ganas de ver su interior. En la puerta se concentraban un conjunto de hombres que procuraban que los turistas no hicieran fotos en el interior, aunque a veces eso es tarea ardúa. Ya dentro, pudimos contemplar la belleza de la Sala Hipóstila.


Ramsés II
Si, fue en aquél momento en el que supe que Abu Simbel sería mi templo número uno, en mi lista de monumentos egipcios. Para mi gusto, ningún otro templo superaría la majestuosidad y magnitud de éste. Y es que a cada lado de la Sala, se alzaban cuatro colosos más de Ramsés II. Medían nada más y nada menos que 10 metros de alto.

Los detalles eran increíbles en cada uno de los colosos, para los cuáles parecía no haber transcurrido el tiempo. Se conservan a la perfección.
Ramsés II

Recuerdo sentir un volcán de emociones junto al coloso de Ramsés. También sentía miedo: aquella estatua gigante, parecía tener todo el poder del mundo y daba respeto.

Desde luego, uno se siente muy pequeño junto a ellas. Parecían transmitir perfectamente lo que Ramsés representaba en su época como faraón. Por un momento, me pareció guapísimo. Parecía esbelto, fuerte y su cara, había sido tallada pareciendo realmente bello. Tuve un flechazo.

Lamentablemente, no era así. Gran parte de los faraones hacían esculpir sus cuerpo partiendo del idealismo. Posteriormente, me toparía con la momia de Ramsés en el museo del Cairo: nariz aguileña, feo y tal y como se ha demostrado, de fuerte, tenía bien poco.

Lo que si era innegable, era el poder este hombre llegó a tener en sus manos. En las paredes del Templo, todos los jeroglíficos hacían referencia a sus hazañas bélicas. Se podían ver imágenes de nubios y más prisioneros frente a un idealizado e insuperable Ramsés II. Por cierto, que los nubios se distinguían perfectamente en los relieves hallados en las paredes de los templos, con el cabello rizado (a lo afro) y los labios gruesos.


Fenómeno solar en Abu Simbel
Junto a la Sala Hipóstila, había cuatro cámaras más, con diferentes grabados. Por cierto, en una de ellas vi un ratón correr de una punta a otra de la Sala. Y al final, una especie de Santuario,  dónde había cuatro esculturas más, sentadas, y representando tanto a Ramsés como a diferentes dioses.

Quiero haceros mención de algo mágico que ocurre en el Templo de Abu Simbel. Existe un fenómeno solar  que se produce antes y después del solsticio de invierno, de forma que la luz del Sol ilumina directamente a tres de los dioses situados en el Santuario. Solamente uno de ellos querda fuera de esta luz : el dios que no queda iluminado es el dios Ptah, relacionado con la maldad. ¡¡Espectacular!!

En definitiva, en Abu Simbel os daréis cuenta de que muchas cosas siguen conservadas hasta el mínimo detalle. Probablemente tendréis que pagar un poquito más, puesto que la excursión en sí, es cara, pero os prometo que no os arrepentiréis.


Abu Simbel

Como me había puesto mala, dejé a mi marido solo haciendo fotos mientras yo esperaba en la sombra. Finalmente, nos tomamos un refresco en el único bar que hay, hicimos un pipí rápido previo pago de 20 céntimos. Y tras ver cuatro o cinco tiendas de souvenires, donde a todo esto me tocaron el trasero, nos subimos en el coche, y partimos con el convoy de nuevo hacia Aswan derrotados.

Nuestro barco iba a estar atracado en Aswan. Nos echamos una rica siesta y ya bien entrada la tarde estuvimos esperando a Alaa para que nos sacara de paseo. 

El paseo por Aswan me encadiló muchísimo. No estaba previsto cuando contratamos la excursión, pero Alaa nos llevaba de todos modos.


Paramos en un bar dónde no había nadie. Me costó algo pedir un cortado, pero finalmente el camarero, con ayuda de nuestro guía, me entendió. Y allí, recostada en una vieja silla de plástico, más relajada que nunca, miraba y observaba cómo la gente pasaba, cómo la gente vivía. Mientras, Óscar y Alaa se entretenían jugando a un juego totalmente nuevo para nosotros.

Alaa y Óscar jugando


De vuelta al barco, y después de la cena, Óscar y yo jugamos unas partidas al Uno, y nos quedamos dormidos, encantados y fascinados con aquel idílico lugar.

  •  Día 09 de junio de 2012
Realmente éste iba a ser el día que más me iba a marcar en todo el viaje.

Seguíamos en Aswan, pero hoy tocaba una visita que yo había estado ansiando: la visita al Poblado Nubio. 

Los que me conocéis sabéis lo que me encanta mezclarme en las otras culturas, lo que me gusta meterme en las casas ajenas, ver cómo otras personas viven y lo que me encanta hablar y preguntar.

Lo cierto es que no tengo palabras para describir todos los templos que visitamos, pero lo de los Nubios todavía me gustó más. A grandes rasgos lo que puedo deciros de Nubia es que fue una región que fue separada en el Siglo XIX, y por lo tanto, parte de los nubios se encuentran en Egipto, mientras que la otra parte se encuentra en Sudán. El motivo fue la construcción de la presa de Aswan, que inundó sus pueblos y aldeas, lo que obligó a muchos a instalarse en la nueva Nubia, en Egipto. Los nubios, de hecho, tienen rasgos distintos al resto de los egipcios. Su piel es más morena, y su cabello, normalmente, más negro y rizado. Se distinguen facilmente.

En la actualidad, nubios y egipcios no se mezclan mucho, a pesar de que la mayoría de los nubios hablan árabe y con el tiempo se han convertido al Islam.

Camino a Nubia


Llegar al poblado Nubio no es tarea fácil. Hay que tomar una faluca para atravesar el río y recorrer unos kilómetros en ella. Posteriormente, tras dejarnos en el muelle, hay que trasladarse por un camino que llega, tras varios minutos al poblado.

En nuestro caso, y en plan turista, ese último camino lo hicimos montados en un camello cada uno.





Nos encontrábamos en la Isla Elefantina. El calor apretaba, y mucho. Mientras paséabamos por el poblado en el camello mirábamos las casitas pintorescas, de varios colores, y los pequeños comercios. No os engañéis : desgraciadamente, hasta éste poblado está preparado para el turismo. De hecho, viven de ello además de la artesanía y productos que venden. 

 
Llegada al Poblado Nubio

A nuestra llegada, un grupo de niños empezó a seguirnos vendiendo los típicos muñequitos artesanales, típico nubios, y pidiendo dinero. Yo sólo quería un par, pero me daban tanta lástima los niños (sí, saben hacerlo muy bien) que acabé llevándome tres parejas a casa. Pensé que parte de ellos los regalaría a mis familiares al llegar a España. Y la realidad fue que al llegar a España, ya tenía tanto amor por esos muñecos que no tuve valor a regalarlos.
Los que hayáis hecho este viaje, probablemente os esté sonando lo que os estoy contando, puesto que
En la escuela del poblado nubio
estoy segura de que todos los turistas hacemos el recorrido típico. Un paseo por las tiendas (recomiendo los productos artesanales muchísimo), una parada en la escuela dónde un lugareño nos enseñará el alfabeto en árabe, y una parada en una típica casa.
El entrar en aquella casa nos dió un respiro. ¡Por fin una sombra! Anduve por aquel lugar cómo si fuera Pedro por su casa. Bueno, quizás no era de muy buena educación, pero estaba entusiasmada y tenía muchas ganas de ver cómo vivían aquellas personas.La casa tenía todas las paredes pintadas con diversos motivos. Caras de nubios, entre ellos. El tejado era de paja y en vez de puertas, tenian cortinas para separar las habitaciones. No había sofá, al contrario, un banco de piedra. 
Allí nos sentamos para tomar un té y unas pastitas que nos sacó una mujer con burka que vivía allí. Aprovechamos para hacernos algo, también muy típico : un tatuaje de henna.

Lo más curioso : en el patio hay cocodrilos. 






Henna
Realmente nos encantó esta visita. Estuvimos algunas horas allí hasta la hora de partir de nuevo. Era una lástima. En el momento de irnos, los niños nos acompañaban de nuevo al muelle. Si váis y hacéis el mismo trayecto que nosotros, veréis como ese momento, en que os alejáis del poblado con la faluca mientras los niños se despiden, jamás se borrará de vuestra mente.







 
Nos despedimos de Aswan

Camino de Kom Ombo en la motonave
Comimos en la motonave mientras ésta se ponía de nuevo en marcha hacia el bajo Egipto. A media tarde, volveríamos a estar en Kom Ombo, dónde aquellos qué no habían estado antes tendrían la oportunidad de visitar el Templo Cocodrilo.

No era nuestro caso. En su lugar, salimos con Alaa a tomar un café. 

A veces resulta imposible estar tranquilo por Egipto sin que alguien, percatado de tu pinta de turista se acerque a ti.

Como no podía ser menos, en el bar cercano al Templo del Cocodrilo, se nos acercó un grupo tocando música, con ganas de fiesta y de hacerse fotos con nosotros a cambio de algo de dinero. Al final, acabamos riéndonos de la situación.




La tarde dio pasó a la noche, y volvíamos a tener otra fiesta de chilaba. Tened en cuenta, los que hacéis un viaje de siete días en el crucero que las cosas se repiten, puesto que estan destinados a que los turistas que sólo van a estar tres días disfruten de lo mismo, en menos tiempo.

Mientras los nuevos turistas que habitaban la motonave se dedicaban a buscar chilabas por Kom Ombo, nosotros ya jugábamos con ventaja. Ya teníamos las de la última vez.



La fiesta no estuvo mal aunque debo reconocer que ya no tenía tanta gracia como la primera. Y como íbamos a dormir en Edfú, dónde habíamos llegado durante la noche, no tardamos en cansarnos del bar de la motonave, y nos vestimos de nuevo con la ropa apropiada para salir a dar un paseo por la calle.

Edfú, por no romper con el estilo de las otras ciudades y pueblos egipcios es un caos. Uno se pregunta si la gente no debe trabajar o estudiar al día siguiente. Es igual la hora que sea, siempre hay ambiente. Los bares repletos de personas, gente caminando por las calles, y coches abarrotados de lugareños pasando y tocando el cláxon del que, curiosamente, salía música en vez del sonido del cláxon tradicional.

Además, aquél dia se disputaba un importante partido de fútbol, por lo que turistas de otras motonaves se mezclaban entre los egipcios en los bares, ante las pantallas de televisión y debatían sobre ello.

Llegamos a Edfú

La noche acabó para nosotros en una tradicional partida de UNO, hasta que, rendidos, nos metimos en el sobre.





  • Día 10 de junio de 2014
Amanecimos en Luxor, dónde nos despertó el teléfono. Afortunadamente, los encargados de la motonave se preocupan de despertarte así, por lo que no tienes que estar pendiente de poner la alarma.
Avenida de las esfinges
Aquél día volveríamos a ver templos : los dos más importantes que hoy en día sobreviven en la antigua Tebas. En realidad, aunque en la actualidad se ven como dos recintos distintos, lo cierto es que antiguamente el Templo de Karnak y el Templo de Lúxor estaban unidos, y únicamente se veían separados por una avenida repleta de pequeñas esfinges. 

Empezamos la visita por el que más me gustó. De hecho, el Templo de Karnak fue muy importante como centro religioso. 
Llegada al templo de Karnak
Al igual que otros templos que anteriormente habíamos visitado, éste se caracterizaba por una gran sala hipóstila. Sencillamente, me encantó. Una tras otra se alzaban gigantescas columnas tras las cuales uno podría perderse. Uno se pregunta una y otra vez cómo pudieron levantar la 122 columnas con perfectos relieves que forman el pasillo de la sala. ¡Casi era imposible mostrar su altura con nuestra cámara de fotos!

En el Templo de Karnak

Óscar en la Sala hipóstila






Pero sin duda, lo que más me iba a gustar de Karnak iba a ser la huella que mi faraona favorita había
Obelisco de Hatsepshut.
dejado en ella.  El obelisco de Hatsepshut es colosal. Había leído mucho sobre éste, y tenía mucha ganas de verlo. Mediante el obelisco, Hatsepshut reafirmó su poder en Egipto y recordaba al pueblo su legitimidad para ello puesto que era la hija del antiguo faraón Tuthmosis I y del Dios Amón.

No sólo eso, esta obra era un recuerdo a su predecesor, al que veneraba y dignificaba. Debéis saber que en la actualidad sólo queda uno de ellos, pero la obra original estaba compuesta de dos obeliscos. El que ha sobrevivido mide nada más y nada menos que 20 metros.

Nada sin embargo, superaba las obras de Ramsés II, quién construyó 23 obeliscos durante su reinado. Como habré dicho anteriormente, cada nuevo faraón se dedicaba a dejar su legado en los mismos Templos que otros habían levantado. 
 
El Templo de Luxor.

Dejamos atrás el Templo de Karnak y nos subimos al coche que nos llevaría al templo contiguo. A mi modo de ver, el Templo de Luxor no supera, en lo que a su interior se refiere, al de Karnak. Sin embargo, la imponente fachada no deja indiferente a nadie.

Es muy difícil poder tirarse una foto en la entrada de este recinto, dónde pueda salir toda ella. Las dos estatuas de Ramses II que nos daban la bienvenida eran gigantescas. ¡Tanto, que superaban los 16 metros! El obelisco que les acompañaba contenía relieves que hablaban de la adoración de Ramsés II por el Dios Amón.

Como curiosidad os diré que gran parte de este Templo fue construída por otro faraón : Amenhotep III (padre de Amenhotep IV y abuelo de Tutankamón. Sí, el mismo del que hemos hablado en los Colossos de Memmon)

Hatsepshut también dejó su huella aquí y construyó una pequeña capilla en su interior que fue destruída por Amenhotep. Y así, el Templo de Luxor constituye un claro ejemplo de cómo los faraones veían sus obras destruídas por sus sucesores. De la misma forma, el templo fue duramente castigado durante la época de Akenatón, sin embargo, su hijo Tutankamón, que actuó siempre contrariamente a su padre, rehabilitó las partes dañadas y acabó aquellas partes del templo que haian quedado a medias.

En el interior del templo


Otra cosa nos llamó mucho la atención aquí : la gran columnata que construyó Amenhotep. Uno no es capaz de apreciar la grandeza de este sitio, hasta que consigue visualizarlo desde un poco a lo lejos. ¡Increíble!


Nuestra última noche en Luxor

Nos encantó esta visita. Realmente Luxor es una ciudad preciosa. Volvimos a la motonave y aprovechamos la que iba a ser la última noche del crucero. A esa hora, el personal ya no dejaba a los turistas meterse en la piscina, pero hicieron una excepción con nosotros a pesar de que ya no nos dieron toallas. Posteriormente, salimos un ratito del barco que pasaría la noche atracado ahí, y nos fuimos a tomar algo a un bar cercano y a fumar cachimba.

En la motonave de noche


  •  Día 11 de junio de 2012
Si sóis turistas normales, realizando un circuito a Egipto normal, lo más probable es que tras el último día en el barco os lleven al Cairo o bien volváis a casa.
En nuestro caso, debíamos partir hacia el Cairo, pero decidimos salirnos del itinerario y pagar un extra para realizar una excursión que ningún turista, asombrosamente, realiza.
Madrugamos muchísimo para ir a ver el Templo de Dandara. Este templo, que no se halla en los circuitos normales es espectacularmente precioso. Me pregunto por qué narices, éste, que es uno de los mejores templos, y mi segundo preferido en mi lista de templos (el primero es Abu Simbel) no es una visita ordinaria. Por favor, si váis a viajar a Egipto, pedid expresamente que os lleven aquí, puesto que no tiene desperdicio!!
Dandara está a más de 70 KM de Luxor. Hay un buen cacho. Por suerte, tanto Alaa, como nosotros pudimos dormir en el coche.
Llegada a Dandara


Lo que más nos sorprendió a la entrada del templo, es que literalmente no había nadie. Apenas dos egipcios o tres en la puerta que vigilaban el acceso, y nadie en su interior. Sí, teníamos el recinto para nosotros solos. La idea de ir al Templo de Dandara venía de Óscar, quién se había hartado de ver documentales de Alienigenas Ancestrales en los que nombraban este templo.
En especial, muchas de las personas que creen que no estamos solos en este mundo, creen también que en las paredes del templo de Dandara hay relieves con dibujos de bombillas, que obviamente, no concuerdan con la fecha de su construcción. Y ésta era la razón por la que nos dispusimos a comprobarlo con nuestros propios ojos. 
El templo, dedicado a la Diosa Hathor, diosa del amor, es uno de los complejos mejor conservados en la actualidad, a pesar de que se cree que fue construido sobre el año 1500 a.C.
Sin embargo, para nuestra sorpresa, éste no era tan conocido como los que habíamos visto anteriormente.
Nada más entrar pudimos ver la belleza del templo y una nota diferente al resto : en algunas partes del mismo, se ha conservado la pintura. Así, las gigantescas columnas en el interior en las que se tallaron el rostro de Hathor, conservan gran parte de sus colores azules y verdes. Y a mi me recorrió un escalofrío por la espalda al viajar en el tiempo a pasos agigantados.


La sensación de estar sólo en un complejo tan inmenso es espectacular. Además, éste en cuestión era tan grande, que temíamos perdernos y no saber salir al adentrarnos entre sus pequeñas salas y capillas. Alaa, empeñado en hacer creer a Óscar que ahí no había lámparas ni bombillas, recorrió medio templo buscando entre las paredes algo que se le asemejara. Como no lo encontró, fue a preguntar a los egipcios de la entrada, los que custodiaban su acceso, y uno de ellos se alzó de la silla y nos acompañó, adentrándonos en lo más profundo del recinto, a enseñarnos las famosas bombillas.


Bombillas de Dandara

Capilla en Dandara

Debo reconocer que aquel dibujo sí se asemejaba a una lámpara. De hecho, Alaa y yo, demasiado escépticos y habiéndonos reído de mi marido gran parte del trayecto, nos quedamos un poco en silencio. De todos modos, mientras muchisimas personas se aferran a la idea de que esos relieves han sido tallados por personas extrarrestres, los egiptólogos han afirmado que no se trata más que una de tantas representaciones del Dios Hor Sematauy.

En cualquier caso, el Templo de Dandara es mucho más que algunas bombillas misteriosas en sus paredes. Al poco de recorrerlo, encontramos unas pequeñas y oscuras escaleras en forma de caracol que nos llevaron a una terraza. ¡Era impresionante! Todas las paredes conservaban montones de jeroglíficos y referencias a Hathor.



Cada rinconcito de Dandara nos parecía de lo más insólito. Lo cierto es que a esas alturas ya habíamos visto muchos templos, pero este no se parecía en nada a todo lo que habiamos visto anteriormente.

Sala Hipóstila de Dandara

Mientras los chicos discutían y volvían a darle vueltas al tema de las bombillas, me dirigí sola a una de las dos Salas Hipóstilas cámara en mano. Sí, me esperaba una buena sesión de selfies con aquellas gigantescas y colosales columnas. Para mí, era la mejor parte de este lugar.

Tened en cuenta que las mismas miden casi 30 metros de largo, y más de 40 de ancho. En la Sala en cuestión en la que está tirada la fotografía había 18 de ellas. ¡Imaginad lo pequeña que uno se siente entre todas ellas!


En cualquier caso, todas y cada una de las columnas culminaban con el rostro de Hathor hasta casi llegar al techo.

Sala Hipóstila


Hubo algo que nos llamó mucho la atención en cuanto al techo. Parte de él estaba negro. Alaa nos dijo que era debido a la entrada constante de romanos y de cristianos en general que portaban cirios enormes. Habían quemado gran parte de las representaciones. Independientemente, si estáis aquí y alzáis la mirada, podréis ver numerosas referencias a las constelaciones, así como a la Diosa Nut, diosa del Universo. Recuerdo en especial una de ellas, en la que la misma diosa doblegaba su cuerpo y traída de nuevo el Sol al mundo. ¡Preciosa!.





Nos marchamos de allí un poquito tristes preguntándonos por qué este a este Templo no se le daba la fama de otros, que sí estaban a las orillas del Nilo. Francamente, nos alegramos de haber madrugado tanto e incluso nos arrepentimos de no haber organizado otra excursión extraordinaria al Templo de Abydos. Así, éste último será como una espinita que ambos esperamos sacarnos prontito.

Tras parar en una enorme y gigantesca tienda que vendía oro, en la que obviamente no compramos nada, llegamos al aeropuerto de Luxor. Habían sido unos días fantásticos con Alaa. No sólo como guia, sinó como amigo con el que habíamos pasado muchas noches charlando en la azotea del barco. Dejábamos atrás a una gran persona. Nos despedimos de él, y tras subirme al avión a lágrima viva, aterrizamos en la ciudad más grande del continente africano : El Cairo.

El Cairo es la ciudad más grande de África. Con eso os lo digo todo. Ninguna ciudad del mundo se asemeja al caos de este lugar sin ley. Sobretodo en cuanto al tráfico. Los coches pasan por lugares impensables a toda prisa, esquivando peatones que intentan cruzar y bicicletas que son llevadas por personas con una cesta de pan en la cabeza.

Lo del Cairo, en definitiva, no tiene nombre.

Nos recibió el mismo representante que nos había recibido cuando llegamos de Barcelona. El mismo chico moreno ya no se avergonzaba cuando me daba la mano y yo le daba dos besos. Yo le decía que en España somos asi....

Como habíamos elegido una tarifa turista, en vez de una tarifa de lujo, nos alojamos en un hotel cercano a las
Desempaquetando nuestras cosas en el hotel cairota
pirámides. Aunque las vistas son increíbles, tened en cuenta que las pirámides estan alejadas del centro de El Cairo, y que por lo tanto, deberéis tomar el taxi para todo.


En nuestro caso, nos alojamos en el Hotel Meridien. Mi consejo es que, a no ser que queráis despertar todas las mañanas viendo las pirámides, paguéis un poco más por estar más cerca del centro. Pensad que lo que ahorréis en el momento de contratar los hoteles os lo gastaréis allí en el transporte.

Ese fue nuestro primer error. Nuestro segundo error fue confiar en un taxista que había a las puertas del hotel, y que nos empezó a comer la cabeza diciendo que El Cairo no es un lugar seguro para ir a pie. Decidimos coger el taxi, y pedirle que nos llevara a dar una vuelta por algún lugar bonito de la ciudad.

Sin embargo, el conductor nos llevó por todos los comercios a los que no queríamos ir. Le insistimos una y otra vez en que por favor, dejara que llevarnos a las tiendas, pero hacía caso omiso. En aquel momento parecía como si el hombre ya no entendiera el inglés. Lo que viene siendo un caso claro de alzeimer repentino. Esto es algo que debéis dejar claro cada vez que toméis un taxi en Egipto. Los taxistas van a comisión cada vez que deja a los turistas en una determinada tienda. 

Hartos de él, le pedimos que nos llevara a las pirámides y que nos dejara allí hasta la hora de volver. Abatidos por la mala experiencia que acabábamos de tener, paseábamos por delante del recinto cabizbajos, hasta que se nos acercó un grupo d lugareños que paseaban un caballo por la calle, y acabamos en una charla animada.

A las 21h teníamos la entrada a las Pirámides para ver el espectáculo de luz y sonido. Lo del espectáculo es un show en toda regla, bastante entretenido. Explicaban la historia de las pirámides, así como de los faraones encargados de construirlas, mientras éstas se iluminaban con multitud de rayos láser y proyecciones sobre sus paredes.Todo esto duró una hora. Quizás no la calificaría de visita imprescindible, pero a mi estas chuminadas me gustan muchísimo, y estan bien por cuanto explican algo de historia de las pirámides.

Al salir, encontramos a nuestro taxista en la puerta. Menos mal, porque después de todo el lío que habíamos tenido con él ya no esperabámos encontrarlo. Pero sí lo hizo, y nos llevó de vuelta al hotel. Estábamos tan cansados, que pedimos unas pizzas al restaurante del mismo, y nos la comimos en la habitación viendo el canal AlJazeera, del que por supuesto, no entendíamos nada.

Cualquiera diría que por la mañana habíamos estado visitando el Templo de Dandara, y ahora estábamos contemplando las Pirámides desde la ventana, habiendo entre una obra y otra más de 600 KM.


  • Día 12 de junio de 2012

Salimos tempranito para una de las visitas más esperadas de todo el viaje. Conocimos a nuestra guía en Egipto. Nos montamos en una furgoneta y sí, por fin, nos dirigimos a la visita de las Pirámides.

Uno no puede explicar con suma facilidad lo que se siente al estar ante la única de las 7 maravillas del mundo antiguas que subsiste. Pero de todos modos, aquí va un poquito de historia para que os vayáis situando.

Las pirámides de Giza son tres, y todas ellas siriveron de tumbas a los faraones Keops, Kefren y Micerinos.

Pirámide de Keops
La pirámide de Keops fue la primera, y de hecho la más grande. Data del año 2570 a.C. Como las demás, ha perdido su revestimiento de piedra caliza blanca pulida. A pesar de ser la mayor tumba en Gizeh no se ha encontrado el sarcófago de Keops.

Debéis saber que el revestimiento de las tres pirámides de Giza fue brutalmente arrancado para construir otras edificaciones en la ciudad del Cairo. Una lástima.


Ésta fue la pirámide a la que pudo entrar Óscar. Según la temporada, y para evitar el desgaste masivo, abren una de las tres pirámides para ser visitada. Como sabéis, yo soy claustrofóbica y perdí ese privilegio, aunque se me ponían los dientes largos viendo como, asombrosamente, y debido a la falta de turistas, Óscar entraba sólo, sí, totalmente sólo a la Gran Pirámide.

Mientras tanto, la guía, el conductor y yo esperábamos en la furgoneta. Recuerdo que ambos me estuvieron enseñando algunas palabras básicas en árabe, y accedieron a apuntar en un bloc de notas el nombre de nuestro hotel en árabe, así como varios lugares para visitar, por si necesitábamos tomar un taxi y no nos entendíamos.

Cuando Óscar hubo salido de la pirámide, totalmente fascinado, nos quedamos un ratito viendo el resto de pirámides.

Piramide de Kefren

La pirámide de Kefren  es la segunda pirámide más grande, aunque como está situada en una zona más alta de la meseta, de forma estratégica, parece que ésta sea la mayor. No sabría deciros exactamente qué relación tiene Kefren o Keops. Se cree que Kefren fue hijo de Keops, pero es probable que leáis en algunos libros o  por Internet, que en realidad fueron hermanos.


En cualquier caso la construcción de la pirámide de Kefren fue posterior a la de Keops.  Ésta pirámide conserva, sin embargo, algo extraordinario que probablemente ya os haya llamado la atención : su cúspide conserva parte de su revestimiento de piedra caliza.

Por el contrario, el templo de Keops ha visto erosionado su cúspide con el paso del tiempo.

A Kefren también se le achaca la construcción de algo extraordinario : la Esfinge. Así, la Gran Esfinge de Giza se alza ante la pirámide de Kefren con sus 20 metros de altura.

Se cree que la cara de la misma no es más que la representación del rostro de Kefren mientras que su cuerpo es el de un león. A pesar de los intentos en la época moderno de restaurarla, fue duramente atacada en una batalla llevada a cabo por Napoleón, en la que la esfinge perdió la nariz.

Por último, existe una pirámide pequeña que también ha perdido todo su revestimiento. La pirámide de Micerinos. ¡A pesar de ser la menor, tiene 65 m de altura! Siguiendo el patrón anterior, se cree que Micerinos fue el hijo de Kefren, y por lo tanto, nieto de Keops.

Algunos creen que el menor tamaño de este templo es debido a que Micerinos se decantaba por templos menores, no así como sus antecesores. Parte de los historiadores afirman que la economía en los tiempos de Micerinos no estaba a la altura de los tiempos de bonanza de los que su abuelo, Keops, había gozado. Y por lo tanto, no habría tenido la ocasión de construir algo tan exhuberante como la Gran Pirámide.

Su sarcófago tampoco fue encontrado.

Ante la esfinge


Finalmente, nos dejaron un ratito libre para dar una vuelta alrededor de las pirámides. Aprovechamos para subir a un camello, en un principio sólo para hacernos una foto, pero al final el señor nos dio una vuelta por la que luego nos pidió un considerable dinero. Menos mal que conseguimos llegar a un acuerdo.


Con la pirámide de Kefren

Nuestra visita finalizó al mediodía. 


Tomamos la furgoneta y fuimos de vuelta al hotel. Teníamos el resto del día libre. Estuvimos un ratito en la piscina, esperando a que bajara el calor, mientras nos bañábamos y contemplábamos la cúspide de las pirámides asomar por encima de las paredes.


Puesto que habíamos hecho una queja al servicio de taxis del hotel, por la incidencia del día anterior, los encargados se ofrecieron a llevarnos allá donde quisierámos por la tarde, sin tener que pagar nada. Yo lo tenía muy claro, con el bolso en la mano, mi ropa de hilo y mis gafas de Sol, me subí al todoterreno, indicándole que, por favor, nos dejara en el Mercado de Khan el Kalili.

El Cairo es una ciudad enorme. Nos llevó cerca de una hora atravesarla en coche, desde las zona de las pirámides dónde estábamos alojados.

Sin duda, éste es el mercado más grande que he visto en toda mi vida. Los bazares en esta zona son muy antiguos. Esta zona es espectacular. Lugareños y turistas pasean por las infinitas calles repletas de tiendas de souvenires, ropa y comida.

El olor de las especies es increíble. Se metió en nuestro olfato y no pudimos sacarnos ese olor de encima durante toda la tarde. Sin embargo, debo haceros partícipes de la otra cara de la moneda : es un tanto agotador y debéis estar muy preparados para el regateo y para aquellos vendedores que os persiguen calle abajo.

Nada más entrar, dos egipcios se nos acercaron preguntando si queríamos ir a la Tienda de Jordi. Es curioso, porque ellos ya regentaban otras tiendas que debían ser la competencia directa de Jordi, por lo que deduzco que debían llevarse una comisión por ello. 

Como había visto en varios blogs menciones a esta tienda, accedimos. Debo reconocer que por el camino me asusté un poco, porque veía que nos estaban llevando por las calles más insólitas del mercado, que nos hacían subir unas viejas escaleras y que nos estaban metiendo por lugares oscuros. A punto estuvo de darme la vuelta, pero finalmente, ante las palabras de aquel hombre que nos acompañaba y nos repetía que confiarámos en él, accedí a seguir adelante.

Por lo tanto, no os preocupéis si os meten por calles extrañas para llegar a la Tienda. Lo mejor es que preguntéis, porque no váis a dar con ella puesto que no está a pie de calle, sinó en una primera planta de un edificio.

En cualquier caso, la Tienda de Jordi nos encantó. Ya os he hablado de ella anteriormente. Aquí no hay regateo, los precios están marcados y curiosamente son bajos. De hecho, aquí encontre los precios más bajos de todo Egipto en cuanto a souvenires se refiere.

Aquella pequeña tienda nos daba un momento de paz tras dejar atrás todo el agobio del exterior. El vendedor, nos ofreció un té, sin ningún tipo de compromiso. Y aunque le dimos las gracias nos negamos. Estuvimos mucho rato, e incluso recuerdo que hablarle a mi marido en catalán para que el egipcio no nos entendiera, pero si lo hizo : ¡el vendedor hablaba castellano, catalán y vasco, pero era egipcio!

Si queréis saber más, podéis buscar la Tienda de Jordi en Facebook, puesto que se han creado un perfil recientemente.

Aunque estábamos muy a gustito allí, proseguimos nuestra marcha. Queríamos llegar a un bar del que habíamos leído en las guías, y que se llamaba el Fishawi, famoso por sus espejos. Pero nos paramos por el camino varias veces a patearnos una tras otra tienda.

Recuerdo haber encontrado una tienda muy pequeña que pasaba desapercibida, de no ser por varias figuritas que se veían en uno de los escaparates. Me acerqué y me percaté que la misma estaba regentada por nubios. Fueron extremadamente amables con nosotros, y apenas quisieron regatar. Las figuras estaban hechas de arcilla, y las habían pintado ellos mismos. Éstas aludían a los propios nubios realizando tareas cuotidanas.

Figuritas en mano, emprendimos de nuevo nuestra ruta por el mercado, y si, finalmente, y por pura casualidad llegamos a una pequeña calle en la que se alzaba el Bar Fishawi.

No esperéis nada del otro mundo, ni un local espectacular, puesto que éste es antiguo y más bien estrecho. Sin embargo, es famoso por la cantidad de espejos de todos los tamaños. Nos sentamos en la terracita, alrededor de una mesa de madera redonda situada en la misma calle por la que transitaban cientos de peatones. ¿Sabíais que ha permanecido abierto todos los días del año durante los últimos 200?

Aunque no era lo que esperábamos, y casi nos pasa desapercibido, os recomiendo parar un ratito a tomar un té en él y sobretodo fumar un poquito de cachimba, de cualquier sabor!

Cuando ya estaba oscureciendo, tomamos un taxi super cargados con todo lo que habíamos comprado. Afortunadamente, nuestra guía en la capital me habia dado un papelito dónde se indicaba el nombre de nuestro hotel en árabe, con lo cual sólo tuvimos que enseñarlo al conductor.

Ir en taxi es todo un espectáculo por El Cairo - ciudad sin ley. Aquí no se respeta nada y cada uno conduce por dónde se le antoja y cambia de carril cuando le sale del bolo. Eso por no hablar de la velocidad puesto que ellos conducen a la velocidad que les de la real gana. Es decir, si quieren ir a 50, van a 50. Pero si quieren ir a 120, pues ¿por qué no?

Mientras nuestro conductor aceleraba el coche tras dejar atrás la concurrida Plaza de Tahrir, se giraba hacia nosotros y nos ofrecía tabaco. Nosotros nos limitamos a darle las gracias y a decirle al hombrecillo que por favor procediera a mirar hacia adelante, pero no nos entendía.

Finalmente, viendo mi cara de susto y percatado de mi sudor, entendió que yo tenía miedo, y empezó a hacer aspavientos como diciendo que no pasaba nada. Para demostrarmélo, se puso a limpiar los cristales del coche, desde el interior, todo esto sin ni siquiera frenar, y tratando además de esquivar a los peatones. 

Cuando llegamos al hotel todavía me temblaban las piernas.Por fortuna, mi cama enorme y el aire acondicionado me esperaba. Debo decir que este hotel tenía algo incréible : una pedazo de terraza con jardín (no comunitario) en la planta baja. Pedimos unas pizzas al servicio y nos las comimos la mar de a gustito para después caer rendidos.


  • Día 13 de junio de 2012
El día 13 de junio no iba a ser más tranquilo que el anterior. El teléfono de la habitación, a modo de despertador sonó temprano. Nos levantamos para desayunar en el bar e hicimos tiempo en el hall aprovechando el wifi, mientras hacíamos tiempo.

Para entonces, los mensajes que recibíamos de la gente que nos esperaba en Tarragona no eran muy gratificantes. En las noticias españolas salían continuamente  imagénes de una revuelta que se estaba llevando a cabo en Egipto.

En cuestión de días iba a llevarse a cabo una votación que finalmente llevaría a Morsi al poder, y el país estaba agitado. Debo deciros, de todos modos, que en ningún momento nosotros notamos nada extraño, y siempre tuvimos la sensación de estar en un sitio seguro.

Por lo tanto, a modo de lección, de lo que digan a las noticias, a lo que pasa en la realidad ... hay un trecho!

En fin, que tomamos la furgoneta en la que esperaba nuestra guía. Aquel día íbamos a hacer una visita fascinante. Y así, nuestra primera parada fue la Mezquita de Mohammed Ali o también conocida como Mezquita de Alabastro.

Esta mezquita se construyó por mandamiento del mismo que lleva su nombre. Mohammed Ali fue un turco que llegó a Egipto para combatir a las tropas de Napoleón. En resumidas cuentas, este hombre acabó teniendo un gran poder en sus manos, acabó siendo gobernador y el impulsor de una era moderna para el territorio y de una política expansionista.

Mezquita de Mohammed Ali

Su última época, sin embargo, no fue explendorosa : Egipto perdió parte de su territorio y sumió al país en una terrible ruina. En la actualidad, Mohammed Ali descansa en su mezquita.

La belleza de la Mezquita radica en que gran parte de ella está construída de alabastro, lo que le otorga el premio a la mezquita más bonita de la ciudad. No es la más grande, aunque a veces lo parezca, y es que la privilegiada situación en lo alto de una colina hacen que la mezquita siempre aparezca, a lo lejos, entre edificio y edificio. Así que, consideradla como uno de los mejores miradores.

De lejos, la mezquita, con sus minaretes  ya resultaba demasiado imponente.

El interior de la Mezquita de Alabastro
Llegados al interior de la mequita, encontramos una torre con un reloj, muy curiosa. Había sido regalo de Luis Felipe de Francia, en el año 1845. Digo curiosa, porque posteriormente, se dieron cuenta que el reloj no funcionaba. A cambio, los egipcios le regalaron el Obelisco que en la actualidad luce París en los Campos Elíseos, y del que os hablaré en el respectivo post.

En la mezquita de alabastro
La mezquita por dentro era impresionante. Del techo, gigantesco, colgaban enormes luces y lámparas. El suelo, estaba totalmente cubierto por varias alfombras.  

Ojo si váis a realizar esta visita. 
Las mujeres deben cubrirse los hombros, y el cabello. No se puede ir en pantalón corto y además hay que descalzarse. Por ello, es mejor que llevéis calcetines. De lo contrario, os pondran una especie de bata, que llevan tod@s los turistas....


Sentados en la alfombra de la Mezquita, mi curiosidad hacia el islam despertó y empecé a hacer preguntas a nuestra guía. No sabía que el interrogatorio iba a seguir durante todo el día, durante el día siguiente y hasta mi curiosidad proseguiría años después, aún estando ya en Tarragona,

Nuestra guía nos enseñó los alrededores de la mezquita, entre los que había un mirador para contemplar la ciudad. El Cairo desde arriba deja mucho que desear, lamentablemente. Las pirámides destacan a lo lejos, entre multitud de edificios y las obras de arte tales como iglesias, y otras mezquitas, se confunden entre el color gris contaminante que reina el cielo cairota.

Nuestra siguiente visita fue algo breve muy curiosa : nos dirigíamos al barrio copto. Si algo me llama especialmente la atención en Egipto es la diversidad, ya que aunque la mayoría es musulmana, podemos encontrar un gran número de ortodoxos, evangélicos y católicos. En especial, se les denomina coptos como término acuñado antiguamente para referirse a egipcios autóctonos que residían en el país antes de ser conquistados por los árabes.

En cualquier caso, el contraste al pasear por el barrio copto o barrio Qasr al-Sham es notorio si lo comparamos con el resto del Cairo. Ya para empezar, este barrio es en su mayoría peatonal. Nos asombró ver que no había un alma por las calles estrechas, aunque eso sí, había muchísima seguridad.

Lo que más recuerdo es una iglesia pequeña y subtérranea, llamada Iglesia de San Sergio. Algunos ya sabéis que no soy muy fanática de las iglesias, pero esta en cuestión era muy bonita. Me encantaría poderos poner una foto de ella bajo este texto, pero dado que había gente en ella rezando, me parecía una falta de respeto ponerme a fotografíar las paredes y los preciosos arcos.

Del barrio copto recordamos, sobretodo, mucho calor. Afortunadamente, no tardamos mucho en marchar y refugiarnos en un buffet restaurante, muy típico y turístico, donde paraban todos los autobuses para comer. Nada del otro mundo, la verdad, pero un soplo de aire fresco que no venía nada mal.

Y al fin, hicimos nuestra última parada. No tenía muchas expectativas puestas en ella, no esperaba gran cosa. Gran error. No sabía que el Museo del Cairo iba a despertar en mí todavía más curiosidad. Después de aquello, todavía hoy sueño con volver y empaparme de la antigua cultura egipcia.

 A las puertas del Museo del Cairo

Ojalá pudiera haber hecho fotos de su interior y poder mostraroslas. O mejor que no. Los tesoros que el museo cairota alberga son más bien dignos de ver en persona. La importancia de los más de 100.000 objetos que hay, no tiene precio. Todo ello a pesar de la antigüedad de las instalaciones. De hecho, el museo es del siglo XIX. Si bien tras el descubrimiento de la tumba de Tutankamón evolucionó considerablemente, en mi opinión, el recinto está obsoleto. Es más, los almacenes y sótanos contienen muchísimas obras que descansan en las instalaciones sin haber sido catalogadas ni documentadas.


Los que ya habéis estado en él recordaréis las magníficas obras. En especial, cabe destacar estatuales tales como la de Kefren (sí, el de la pirámide y posible autor de la esfinge) la de Hatsepshut e incluso la de su hijastro Tutmosis III.

Pero sin duda, el museo alberga un tesoro mucho más conocido. El ataúd y la máscara del joven Tutankamón. Me gustaría transmitiros todas las sensaciones que sentí en aquel momento. Estaba totalmente fascinada por aquella cara de oro reluciente a la que no podía dejar de mirar. No veía el momento de avanzar y seguir recorriendo el museo, ni dejaba de preguntarme sí de verdad ese sería el rostro del faraón, si les habría llevado mucho tiempo construir aquella obra de arte. 

Como curiosidad, os diré que bajo la cara de la máscara, se ha descubierto el diseño de otro rostro. Esto ha hecho pensar a los investigadores que dicha máscara estaba siendo construída para otra persona, y que la muerte repentina y prematura del faraón pudo haber provocado un cambio en el destino que a esta máscara le aguardaba.

Pero si la máscara es increíble, no menos valor tiene todas las cosas con las que Tutakamón ( Tut, para los amigos) fue enterrado. Una enorme carroza, joyas y multitud de ofrendas útiles para su vida en el más allá.

Al principio de mi viaje a Egipto, no me consideraba una loca de Tutankamón. Pensaba que bueno, al fin y al cabo, sólo había sido importante porque su tumba había sido hallada por Howard Carter intacta. Pero tras ver todos sus objetos expuestos en el Museo del Cairo, mi amor por él sería tal que al adoptar mi perro tuvimos claro cuál sería su nombre : Tutankamon.

Y así fué como aprendí que Tutankamón no había sido solo famoso por el hallazgo de su tumba. Mientras su padre (Akenathón) fue profundamente odiado por los cambios que introdujo en la religión, arte y en la sociedad egipcia, se cree que su hijo Tutankamón era muy apreciado. Tutankamón, instauró de nuevo la normalidad en el país tras el fallecimiento de su padre y restauró el culto al Dios Amón, a pesar de que su predecesor lo había prohibido.

De hecho, el propio faraón cambió su nombre de nacimiento - Tutankatón - por el que conociemos hoy en dia.

El faraón, como ya se sabe, murió joven. Se estima que su momia ronda entre los 18 y los 20 años. La versión que ha cobrado más fuerza en los últimos es que Tutankamón se había lesionado gravemente al caer de su carro tirado por caballos, y estas heridas acabarían causándole la muerte. Esto explicaría por qu  en su tumba se encontraron algunos de sus bastones en los que supuestamente Tut se apoyaba al andar. De todos modos, se ha llegado a la certeza de que Tut era un chico más bien débil y que siempre estaba enfermo. Padecía defectos en los huesos y hasta se cree que al igual que su padre, pudo haber desarrollado la enfermedad de Marfan de la que os hablo un poquito más abajo. Lo más probable, es que todo esto fuera un síntoma más del típico incesto que los faraones llevaban a cabo.
Una de las hijas de Tutankamon.

Tal y como he dicho antes, el nombre de Tutankamon cobraría importancia ante el hallazgo de su tumba casi intacta en 1922. Básicamente, el descubrimiento de objetos pertenecientes al Faraón ayudarían a entender muchos aspectos de la vida en el Antiguo Egipto. Probablemente, el boom de esta noticia que corrió como la pólvora por el mundo, sería un punto de inflexión en Egipto que fomentaría muchísimo el turismo.

Gracias al hallazgo de la tumba, también sabemos que a pesar de su corta edad, Tut también tuvo a contraer matrimonio con una de sus hermanas. Se dice que Anjesenamen era el amor de su vida, y que vivieron felices hasta el trágico fallecimiento del faraón. Tutankamón nos dejó un legado de una importancia impresionante, pero no llegó a ser padre. Había dejado embarazada a Anjesenamen de gemelas, pero éstas nacieron sin vida y fueron momificadas y enterradas junto a él.




En la misma planta donde estaban todas las pertenencias de Tut, a ambos lados se hallaban una salas especiales. Había que pagar 100 libras extras para entrar. Ni siquiera me lo pensé. Quizá fue lo que más me gustó del museo : las momias.

Había visto a Ramsés II representado en infinitas esculturas a lo largo de nuestra excursión por el Nilo. ¡Qué hermoso! Consiguió ponerme los pelos de punta y hacerme estremecer en el Templo de Abu Simbel. Su esbelta figura, y la belleza de su rostro era impactante. Sin embargo, allí estaba su cuerpo, muy lejos de lo que él quiso ser. Ramsés había sido alguien de tamaño pequeño, más bien escuálido y con nariz aguileña. Pero no me importaba. Me pasé unos minutos observándolo, pensando "bueno, aquí estás. He oído tanto hablar de ti, y aquí estás, ante mis ojos".


Ramsés II reposaba junto a las hurnas de otros grandes de la historia, tales como Tutmosis III, Amenhotep IV, etc. Me preguntaba que dirían si alzaran la cabeza. Pasaron años diseñando sus tumbas repletas de joyas, y sin embargo, en la actualidad, su cuerpo al descubierto era visitado por miles de turistas, como yo, estupefactos y pegados a un cristal.

La sala de las momias femeninas era igualmente impactante. Pero fui directa a una especial : la reina faraón. Hatsepshut, al igual que Ramsés, había mandado construir varias esculturas con su rostro y su cuerpo perfecto. Hace poco años se mencionó que la faraona carecía de ello, y que fue una persona con sobrepeso y diabates. De todos modos, fue un placer conocerla.


Como he mencionado anteriormente, todos los faraones destacaron por el idealismo a la hora de ser tallados en piedra. Solamente uno (mi preferido) decidió ser esculpido tal y como era, a pesar de sufrir la enfermedad de Marfan : Akhenatón. Conocido por ser el padre de Tutankamón, Akenathón no era guapo ni masculino. Por el contrario, su enfermedad le hacía tener brazos exageradamente largos, rostro algo deforme y caderas propias de una mujer. Sin embargo, a pesar de su cuerpo de estilo femenino, fué el único faraón que pidió ser esculpido tal y como era.

Desde luego, confianza no le faltó a Akenathón. No sólo llamó la atención que se esculpiera tal cual a pesar de sus defectos visibles. Desde luego, el padre de Tutankamón pasará siempre a la historia por haber prohibido el culto al Dios Amón, haber creado el culto al Dios Atón, y haberse cargado templos y objetos que alababan a cualquier Dios que no fuera Atón.

Se pasó por el forro todo en lo que los egipcios creían, y decidió fundar su propia ciudad llamada Tell-el- Amarna, dónde construyó imponentes edificios y un palacio para él y su familia. Algunos lo catalogarían de tirano. Y en cierto modo, Akenathón será siempre conocido por haber hecho lo que le dió la real gana, y haberse ganado el odio de su pueblo. De hecho, su momia ha revelado que podría haber muerto asesinado. Sin embargo, otros creen que Akenathón no fué más que un romántico empedernido, que soñó con una nueva religión, una nueva ciudad y un palacio dónde vivir con su mujer Nefertiti y sus hijas. Poco sabemos de Nefertiti. Hoy en día, sigue investigándose todavía cuál de las tres momias que hay en el subterráneo del museo cairota es la suya.

Sí sabemos que Nefertiti era de una belleza excepcional. Su busto, hallado en Amarna y robado por los alemanes, revela que su rostro fue casi perfecto.


Uno aprende muchas cosas en la visita al Museo del Cairo.

Hubiera deseado quedarme más tiempo allí, pero era hora de marchar. A las puertas del hotel, nos despedimos de nuestra guía. Más allá de la cultura del Antiguo Egipcio, nos había empapado de cultura con sus charlas sobre la religión y sobre la política del país. Faltaban pocos días para que los Hermanos Musulmanes ganaran las elecciones.

Pasamos la tarde en la piscina del hotel, viendo las pirámides desde el agua, antes de volver a la habitación a recoger, y a cerrar nuestras maletas.

  • Día 14 de junio de 2012
El frío del avión era exagerado. Se había roto el aire acondicionado de la aeronave y estuvimos congelados durante las cinco horas de viaje. No había suficientes mantas para todos. La gente se quejaba continuamente e intentaba cubrir sus piernas con chaquetas.
Desde arriba intentaba ver alguna cúspide de las pirámides. Apenas había salido del país pero ya echaba de menos su calor. Meses después seguiría añorándolo y seguiría deseando volver a poner un pie en el país donde disfruté el mejor viaje de mi vida. Dos años después, me encontraba en la web de Alitalia, comprándome un billete de avión para viajar al Sharm el Sheik.





 



 

5 comentarios:

  1. Q buen blog el q tienes. Me.gusto.mucho tu forma.de.narrar tu viaje .haces sentir como si uno estuviera alla ademas.estoy trabajando.y me hace pasar el tiempo super rapido super bacano. Tengo programado.un viaje a.egipto proximamente y quisiera saber mas o menos q presupuesto diario debo llevar ya q tampoco es q me sobre la plata en un tour parecido al tuyo gracias saludos desde Bogotá Colombia

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    1. Gracias Fabián!! Ten en cuenta que cuando contrates con una agencia te van a incluir en su precio todo menos la bebida durante el crucero por el Nilo y en cuanto al Caído suele entrar todo excepto la comida. En el Caído he llegado a comer por 3-4€. Yo fui con muy poco dinero y no me faltó. Ten en cuenta eso sí que se dan propinas y que querrás hacer compras. Si lo deseas, tengo contactos de agencias en Egipto que trabajan con colombianos a un precio bastante competitivo. Te invito a que me busques en FB "Liz viajera". También te invito a que le pegues un vistazo a mi nueva web donde podrás ver cómo fue mi segundo viaje a Egipto y a la zona de Sharm el Sheikh. www.lizviajera.com. un fuerte saludo,!

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  2. Sin duda que fue el mejor viaje de tu vida. Felicitaciones por la elección de Egipto y el artículo es bueno y completo!

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  3. Hi Dear,

    i Like Your Blog Very Much..I see Daily Your Blog ,is A Very Useful For me.

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  4. El blog mas detallado y entretenido, que he leido sobre viajes a Egipto, enhorabuena muchos años después. Yo voy en Enero.

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